Sáenz y Arroyo fueron hasta Santa Victoria Este para acompañar a comunidades afectadas. A partir de febrero, 65 mil familias recibirán en Salta una tarjeta para comprar alimentos.
El día fue largo y sirvió para poner sobre el tapete la enorme crisis alimentaria y de agua que viven los municipios del norte de la provincia. Luego de que se confirmara, estas últimas horas, la muerte de tres niños, el ministro de Desarrollo de la Nación, Daniel Arroyo, llegó ayer a la provincia y con el gobernador Gustavo Sáenz recorrieron el paraje La Puntana, en Santa Victoria Este.
En la noche, en el Grand Bourg, el primero en hablar fue Arroyo, quien aprovechó para enviar las condolencias a la familias de los niños que fallecieron en los últimos días. “Estuvimos con el gobernador en La Puntana, hablamos con distintas personas de la comunidad. Argentina tiene una situación crítica y no puede pasar que los niños fallezcan por desnutrición”, afirmó.
Luego trazó dos caminos de los trabajos que realizarán en la provincia. Aseguró que por la falta de agua y los problemas alimentarios enviarán de manera urgente agua envasada y un refuerzo de módulos alimentarios, que terminarán recalando en las comunidades originarias del norte.
“Son problemas estructurales y de larga data, pero ahora hay que atenderlos rápido”, afirmó.
Por otro lado, dio detalles de lo que será la entrega de la tarjeta Alimentar, un programa que lleva adelante la Casa Rosada para combatir el hambre en el país. Antes de firmar el convenio con Sáenz, el ministro aseguró que en los próximos días, 65 mil mujeres que cobran la asignación universal comenzarán a recibir mensajes de texto de la Anses, donde les indicarán cuándo pasarán a buscar la tarjeta que le permitirá comprar alimentos.
“En Salta lo recibirán 65 mil personas. A las que tengan un niño menor de seis años se les cargará 4.000 pesos y las que tengan varios 6.000”, afirmó, y lanzó una frase que duele: “Queremos combatir el hambre, que es comer salteado, un mate con pan. Además, hay problemas de malnutrición”.
Más adelante, afirmó que este programa significará una inyección de 330 millones mensuales a la economía salteña, por lo que también destacó que tiene que servir para que los niños vuelvan a tomar leche y a comer, carne, frutas y verduras.
También señaló que los técnicos del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enhosa), la Provincia y los intendentes trabajarán en proyectos de obras de envergadura que permitan una provisión de agua segura en este punto de la provincia. Ya en la mañana, en Tartagal, se habían realizado distintas reuniones en este sentido.
Duro y directo. Así, el gobernador señaló que “Salta es pobre, tiene pobreza y problemas estructurales que hay que enfrentarlos”. Al tiempo que aseguró que no pueden haber chicos con desnutrición, por lo que prometió trabajar en esa línea.
El mandatario provincial también hizo hincapié en la deficiencia en la provisión de agua que hay en el norte, lo que termina afectando la salud. “Si toman agua que no es potable, si cocinan con agua que no es potable, los chicos, después que dejan de ser amamantados, empiezan a comer mal. A esto sumado que el sistema de salud está colapsado”, dijo.