“Estamos pensando y diagramando. No solo el Centro de Convenciones sino otros lugares. La demanda seguramente será mucha y tenemos que ser prolijos”, afirmó la ministra de Salud, Josefina Medrano.
La crisis que trae la pandemia del coronavirus demanda ser más que prolijos.
Es clave, en estos tiempos, tener una visión estratégica sobre el empleo de los recursos y la organización.
En el ambiente médico de Salta no pasó desapercibido el anuncio de la funcionaria. Se supo que Medrano ya inspeccionó el predio de la zona sur. La idea es avanzar con el plan para atender allí a los pacientes con coronavirus.
El Gobierno provincial hace bien en adelantarse y evitar el colapso del sistema sanitario como sucedió en Italia. No obstante hay que analizar otros factores que evidencian que la medida es, a simple vista, desacertada.
¿Se barajaron otras opciones? ¿Se evaluó en profundidad si el lugar reúne las condiciones técnicas?
Médicos consultados por este medio hicieron notar las complicaciones que presenta el Centro de Convenciones de Limache para montar un comando de atención.
Una cuestión básica. Los salones del edificio están alfombrados y aunque se coloque madera de manera provisoria en los pisos, ponen en duda que se pueda hacer una correcta limpieza con lavandina u otros productos desinfectantes.
Otro punto que marcaron es la altura del techo. Este es mucho más elevado que el de los hospitales y clínicas, lo que también dificultará el montaje.
No hay tantos enchufes para poner filas de camas con respiradores u otros equipamientos que requieran energía eléctrica. Todo demandará una importante logística.
No es un dato menor la cantidad y la ubicación de los baños. Por la pandemia es preferible que no se compartan tanto y eso será imposible en el Centro de Convenciones de la zona sur. El edificio no fue preparado por una contingencia de este tipo.
¿No será mejor alquilar hoteles?, deslizó una fuente consultada.
A simple vista presentan una infraestructura más adecuada. Está claro que en el Centro de Convenciones no estaría destinado para los pacientes más críticos, ya que para eso se acondicionó el hospital Papa Francisco y hay otros nosocomios en la lista.
“Que sean centros de referencia no quiere decir que los otros hospitales y sanatorios privados de la provincia no vayan a atender coronavirus”, enfatizó la ministra Medrano en la nota con este medio.
“Acordamos con los gremios de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) contar con más camas en distintos hoteles que se suman para cuidar y aislar a los pacientes leves y evitar el contagio”, detalló recientemente Horacio Rodríguez Larrreta, jefe de Gobierno de CABA.
Salta es una provincia que puede hacer lo mismo o, al menos, poner la idea sobre la mesa.
La hotelería salteña cuenta con miles de plazas, que por el freno al turismo que genera la pandemia no serán ocupadas. El Gobierno podría incluso alquilar o firmar acuerdos con entidades gremiales, tal cual se hizo en la Ciudad de Buenos Aires. Es importante, en esta pandemia, mirar un poco más allá y analizar lo que hacen otras jurisdicciones.
Los hoteles, es importante insistir, presentan mejores condiciones de infraestructura para los casos de menor complejidad.
El mismo gobernador Gustavo Sáenz pidió a la Justicia Federal que dos hoteles que fueron incautados al narcotráfico sean destinados para el aislamiento de las personas que llegan del exterior. Eso se logró a través de la figura de la extinción de dominio. Se trata del Gandía y La Casona de la India, ubicados en Corrientes 155 y Córdoba 534.
La Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) resolvió ayer entregar en forma temporal los inmuebles a la Provincia. En Salud deberían replantear el plan, analizar más alternativas antes que embarcarse en un montaje que luego, seguramente, generará más que un dolor de cabeza.