El arquero pasó por la tradicional sección de Líbero y se refirió a la decisión de dejar el fútbol para centrarse en la religión, tras haber sido elegido mejor arquero de España.
Luego de salir de Racing y destacarse en Lanús, donde consiguió la Copa Conmebol en 1996 (primer título de la historia del Granate), Carlos Roa pegó el salto a España para jugar en el Mallorca de Héctor Cúper -que lo había dirigido en Lanús- y allí fue gran protagonista del mejor momento de la historia del conjunto balear.
Sin embargo, a los 30 años y en la cima de su carrera, tomó una decisión inusual: dejar el fútbol por motivos religiosos: "Tenía en mi cabeza otras intenciones y otras cosas a las que le daba prioridad antes que el fútbol, y una de esas era la religión", contó en el Líbero VS, donde explicó que comenzó a activar en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
"Fueron ocho meses que me hicieron bien y estaba convencido de lo que estaba haciendo, pero cuando retorné al fútbol me dí cuenta que era lo que me gustaba hacer y lo único que sabía hacer. No tuve problemas para revertir esa decisión", agregó.
El arquero, que disputó con la Selección Argentina el Mundial de Francia 98 aseguró que no se arrepintió de la decisión que tomó en su momento porque le pasaron "cosas positivas" que lo ayudaron a fortalecer el plano espiritual, aunque reconoció que cortó una proyección muy buena que tenía a nivel profesional.
Por último, contó que uno de los primeros en enterarse de la decisión fue Marcelo Bielsa: "Primero se quedó un minuto pensativo, y lo primero que me dijo fue: 'Señor, usted sabe que conmigo puede contar para lo que sea'. No me indagó ni me cuestionó", cerró.