El técnico y el jugador del Inter cuestionaron a los gritos a un dirigente de la Federación Gaúcha tras la derrota ante Gremio. Andrés se expone a seis partidos de suspensión.
D'Alessandro y Coudet durante el match ante Gremio. Después tuvieron el escándalo.
Andrés D'Alessandro y el técnico Eduardo Coudet tuvieron una situación muy polémica tras la derrota del Inter, 1 a 0 ante Gremio, por el torneo Gaúcho. Al dejar la cancha, ambos le gritaron al presidente de la Federación Gaucha, Luciano Hocsman. El Chacho fue el primero: "Está todo en contra. Te hicieron lo que querían, lo que querían te hicieron". Más exaltado, el Cabezón, mientras algunos allegados lo contenían para no quedar cara a cara, se desahogaba: "Tu trabajo es feo, ¿eh? Es feo! Y sé por qué tu trabajo es feo. ¡Dejá de ser parcial, carajo! Deja de ser parcial, ¿eh?".
Hocsman, consultado por la prensa, dijo que no iba a hablar públicamente del tema hasta que una autoridad del Inter se manifestara. En tanto, al Chacho le preguntaron en conferencia, tras el partido, y dijo que no sabía de qué se trataba la pregunta.
Pero a D'Alessandro esto puede salirle muy caro desde lo deportivo. El Tribunal de Justicia Deportiva prepara una denuncia contra el ex River, ya que su conducta está contra el artículo 58 del Código Brasileño de Justicia Deportiva, por faltarle el respeto al equipo arbitral o reclamar irrespetuosamente contra sus decisiones. Y esto puede generarle una sanción de uno a seis fechas de suspensión.
Hocsman es socio de Gremio y hace poco empezó su etapa al frente de la Federación. D'Alessandro y Coudet se habían quejado porque el partido se jugó en el estadio Centenario en Caxias do Sul, del interior del Estado, y no en Beira-Río. De hecho, el Chacho tras el partido cuestionó mucho el campo de juego ("así no se puede jugar", dijo). Además, durante el partido, el Inter reclamó un penal que el árbitro Daniel Nobre Bins no sancionó.
Contra este referí, Andrés ya había tenido un problema grave en 2019: siendo suplente en la final del Gaúcho contra Gremio, reclamó un penal, y Bins, como cuarto árbitro, le avisó al juez central y expulsó al Cabezón.