Hace 42 años, la Selección le ganó 3-1 a Holanda en el Monumental y levantó la Copa del Mundo por primera vez, pero si el alargue terminaba empatado había otro partido a las 48 horas.
Pocos lo saben. Solamente un puñado de memoriosos lo recuerdan. La definición de la Copa del Mundo de 1978, un 25 de junio como hoy pero hace 42 años, quedó grabada a fuego por el 3-1 de la Argentina sobre Holanda que significó el primer título celeste y blanco, pero si el alargue terminaba en empate debía jugarse un nuevo partido menos de 48 horas después.
Por más que ya estaban en los reglamentos desde principios de los '70 y hay antecedentes de resoluciones así en los '50, la FIFA recién incluyó a las definiciones por tiros desde el punto penal a partir de España 1982. Se estrenó en Sevilla durante la memorable semifinal entre Alemania Federal y Francia (3-3), los germanos avanzaron por ganar 5-4 desde los doce pasos.
Ante más de 70 mil almas en el Monumental, tras la demora por la discusión acerca del yeso de René Van Der Kerkhof en su brazo derecho, Mario Alberto Kempes abrió la cuenta a los 38' del primer tiempo. Luego, Dick Nanninga forzó el alargue con el 1-1 a los 37' del complemento y el palo le negó el título a Robert Rensenbrink en la última de los 90'.
Si el duelo en Núñez -único de eliminación directa en el torneo- entre la Albiceleste y la Naranja terminaba así, sin los goles del propio Matador y Daniel Bertoni en el tiempo extra, se debía jugar un partido 39 del Mundial para definir el título solamente dos días más tarde, en el mismo escenario y con los mismos actores. Era la única vía de desempate posible.
Hasta las entradas del hipotético replay estaban impresas, con la fecha del 27 de junio de 1978 y las 15 como horario fijado. Una platea alta, por ejemplo hubiese costado 75 francos suizos (5.500 pesos de la actualidad, al cambio oficial). Pero para ese entonces la fiesta ya había terminado.