El Pájaro recordó el Mundial de 1990, donde tuvo participación clave. "Nadie quería que gane Argentina", afirmó.
Este 24 de junio se cumplen 30 años de la victoria de Argentina sobre Brasil en el emblemático Mundial de Italia 1990, en el que el conjunto nacional fue subcampeón. Claudio Caniggia, autor del histórico tanto del triunfo tras una jugada de Diego Maradona, reveló que, para él, ese gol y el que le convirtió a los italianos en semifinales tienen la misma importancia.
"Los pongo al mismo nivel. Haberle ganado a Italia, el candidato número uno. Los otros eran Brasil y Alemania. Pero Italia era el número 1, por localía y jugadores. Considero los dos goles con la misma improtancia. El de Italia no sé si fue más importante, pero sí al mismo nivel", reveló el Pájaro en una entrevista con Radio La Red (AM 910).
En ese sentido, recordó cómo fue la conexión con Maradona en ese momento: "Le marco el pase porque veo que vamos a terminar los dos sobre la derecha. Sabía que nadie venía por la izquierda. Diego arranca y nadie venía por la izquierda. Yo en ese momento decido ir para el otro lado. Veo un espacio, que el último de los defensores centrales estaba yendo para el lado derecho. Es un error de ellos y virtud mía de ir a buscar un espacio. Es una jugada bárbara, te pasa una vez cada tanto, porque son cinco tipos contra dos".
"Ves miles de jugadas que pasan, y ni hablemos en un Mundial, donde la presión es terrible. Son situaciones, estás en un Mundial. Si te dan una milésima de segundo, tenés que aprovechar. Hay que tener frialdad. Desde que la parás hasta que llega el arquero, ese segundo es terrible. Te puede quedar corta, te la puede cachetear el arquero, se te puede ir larga. Ese tiempo puede hacer que un defensor llegue", explicó sobre la rapidez con que tuvo que decidir al definir.
Además, Caniggia se defendió de las críticas por el nivel de la Selección en esa Copa: "Miraba a esos equipos. Unos dicen 'Argentina tuvo suerte'. Es un mínimo de suerte que podés tener. Nos enfrentamos a grandes equipos durante todo el campeonato. Eso no se dice. Arrancamos con el campeón de África, Camerún, que casi llega a semifinal. La Unión Soviética, Rumania... Brasil, ni hablemos de Brasil. Yugoslavia, el mejor equipo yugoslavo de toda la historia. Italia, Alemania. Nos enfrentamos a grandes equipos. La suerte es mínima".
"Quizá no se jugó bien. Tuvimos lesionados, un equipo que cambió del primer al segundo partido, las amarillas de la semifinal. Miraba el partido contra Italia, que hace rato no lo veía. Me di cuenta que después de la amarilla que me sacan, hubo dos foules que debían ser amarillas para los italianos. Una patada que le dan a Ruggeri. Había jugadas que no recordaba. Sin embargo, a Giusti, al Vasco (Olarticoechea), amarilla. Jugamos contra grandes equipos", agregó.
Caniggia fue amonestado en el duelo contra Italia en semifinal, y por eso se perdió el duelo decisivo ante Alemania: "Se me separa la mano del cuerpo y la paro con el codo. Mirando el partido el otro día, digo ¿cómo puede ser que no le hayan sacado amarillas a ellos? Patada a Ruggeri, a mí... No me acordaba de esas jugadas".
"No querían que pasáramos ese partido. Todos, incluído el árbitro. Nos sacaron tres jugadores. La jugada del Gringo Giusti. Todo ese circo que hicieron. Dale, no puede ser. En Europa siempre quieren que gane un europeo. Habíamos eliminado a Italia y Brasil, Argentina venía de ganar el Mundial del 86. Todo eso hizo que nadie quiera que gane Argentina. El penal de Calderón lo vimos todos, el tipo no lo cobró", aseguró luego sobre la decisión de Edgardo Codesal.
Por último, el Pájaro dejó en claro su devoción por la camiseta de la Selección: "No por soberbia ni nada, pero me di cuenta que podía estar en la Selección cuando empecé a jugar en Primera en River. Lo conocía a Bilardo. Lo veía y sabía que él miraba mucho lo que hacía yo. Lo supe después, pero tuve una intuición. Desde ese momento, nace un amor. Me sentí identificado. Jugar en la Selección, más allá de la responsabilidad, no era de sentir ese tipo de cosas, la presión. Al contrario, lo disfrutaba al máximo. Obvio que es una responsabilidad, pero me encantaba, me divertía. Me parecía espectacular reunirme con los compañeros".