Fernando Gabriel Flores fue condenado en juicio abreviado a tres años de prisión condicional por resultar autor penalmente responsable del delito de homicidio preterintencional.
El 16 de febrero del año pasado, a la madrugada, Ariel Anselmo Malano se encontraba en una reunión de amigos, en una vivienda de barrio Pipino Ferreira (Campo Quijano). En cierto momento se acercó el imputado Fernando Flores y, sin motivo alguno, comenzó a patear la moto de Malano. Este le pidió que cesara en su actitud y Flores reaccionó empujándolo. El damnificado cayó al suelo y se golpeó la cabeza, lo que le ocasionó traumatismo encéfalocraneano grave. Fue trasladado al Hospital San Bernardo y, cinco días después, falleció a causa de la lesión sufrida.
Por la modalidad de la condena, Flores seguirá en libertad con obligación de cumplir una serie de reglas de conducta. Entre ellas, fijar residencia, notificar cualquier cambio de domicilio al tribunal y someterse al cuidado del Programa de inserción social y supervisión de presos y liberados de Salta; abstenerse de abusar de bebidas alcohólicas y de consumir estupefacientes; someterse a tratamiento psicológico para el tratamiento de sus impulsos. Todo ello durante el término de tres años.
El juez Guillermo Pereyra, vocal de la Sala VI del Tribunal de Juicio, ordenó que, una vez firme la sentencia, se le realice examen genético al condenado para su posterior inscripción en el Banco de Datos Genéticos.
El homicidio preterintencional ocurre cuando alguien tiene la voluntad de dañar o lesionar a otra persona y, sin intención, la mata.