María Solana Moya (33) fue condenada a la pena de dos años de prisión efectiva por los delitos de estafa (cuatro hechos), estafa en grado de tentativa (un hecho) y hurto simple, todo en concurso real.
La imputada fue declarada reincidente por segunda vez y se ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 4.
Moya fue juzgada en un procedimiento abreviado llevado a cabo en la Sala IV, presidido por el juez Roberto Faustino Lezcano.
La mujer fue denunciada por varias estafas cometidas a clientes interesados en la compra de motocicletas. Moya se presentaba como empleada de una concesionaria y ofrecía los vehículos para la venta de contado o a crédito. Cobraba anticipos y entregaba comprobantes de pago que ella misma firmaba.
Semanas antes de los hechos, la imputada había sido contratada por una concesionaria para promocionar la venta de los motovehículos a través de Facebook, pero había tenido problemas con la empresa por cobrar importes superiores a los autorizados y por quedarse con ese dinero como comisión. A raíz de esto había recibido llamados de atención.
Poco después de estos reclamos, la administradora de la firma notó el faltante de contratos y recibos oficiales de la concesionaria. Al ser interrogada al respecto, Moya negó rotundamente haber sustraído esa documentación. Al día siguiente de este episodio, la acusada no se presentó a trabajar y, a partir de ese momento, comenzaron a llegar a la concesionaria los clientes estafados. Concurrían para reclamar las motocicletas que Moya les había ofrecido para la venta a cambio de anticipos en efectivo que acreditaba con los comprobantes que había sustraído de la empresa.