Maximiliano Fernando Ruarte González (29) fue condenado en un juicio abreviado a la pena de tres años y cuatro meses de prisión efectiva por los delitos de amenazas con armas, hurto simple y robo calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa.
En el fallo dictado por el juez Javier Aranibar, vocal de la Sala I del Tribunal de Juicio, Ruarte González resultó absuelto del delito de lesiones agravadas por retiro de la acusación fiscal.
Francisco Ariel Saboredo (20), en tanto, fue condenado a la pena de un año de prisión condicional por el delito de amenazas con armas. Por desistimiento de la acusación fiscal, el imputado fue absuelto del delito de robo calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa.
Saboredo permanecerá en libertad pero deberá cumplir reglas de conducta pata conservar la prisión en suspenso. Entre otras obligaciones, deberá mantenerse alejado del damnificado, de su domicilio y lugares que él frecuente. Además deberá realizar tratamiento para sus adicciones, previo examen que acredite su necesidad.
Ambos imputados fueron condenados por una serie de hechos ocurridos en junio del año pasado, en barrio San Antonio (El Encón) y en la localidad de San Luis.
Portando un arma de fuego y un cuchillo amenazaron en dos oportunidades a vecinos diciéndoles que ellos “mandaban ahí”, al tiempo que detonaban el arma realizando disparos al aire y al piso.
Ruarte también amenazó a su propia familia con un arma blanca, por lo que debieron solicitar ayuda de la policía. Al arribar los efectivos, amenazó con matar a quienes se atrevieran a acercársele. Además fue denunciado por el robo de una yegua, en La Silleta. El denunciante refirió en este caso que dejó al animal atado a un árbol, sobre ruta nacional 51, para visitar a un familiar. Cuando salió ya no estaba. Hizo la denuncia y personal policial lo contactó luego para informarle que habían recuperado la yegua en el domicilio de Ruarte González.
Finalmente, uno de los imputados se acercó a un adolescente que se encontraba en una cancha de fútbol, en San Luis. Sacó un arma de fuego y le apuntó en la frente, exigiéndole que le entregara el celular y todo lo que tenga en el bolsillo. El damnificado le explicó que no tenía nada de valor y se marchó, previo lanzarle una advertencia: “Mirame, acordate de mí. Yo soy de la plaza”.