Se trata de la novena que este año se adelantó de forma extraordinaria ante la emergencia sanitaria.
Hoy es el noveno día de la novena al Señor y la Virgen del Milagro. De esta manera, decena de miles de salteños se unen en la oración en el marco de la emergencia sanitaria, a causa de la pandemia de coronavirus, clamando protección. Son momentos difíciles, en los que la fe que caracteriza a la provincia se pone de manifiesto, especialmente a través del amor a sus santo patronos tutelares.
La novena, que este año se adelantó de manera extraordinaria, puede seguirse a través de diferentes medios de comunicación, a partir de las 18. Podés hacerlo por Facebook live de El Tribuno
Oración preparatoria
María Purísima del Milagro, que con tierno amor te inclinaste a pedir a tu Soberano Hijo, cuando enojado por nuestras culpas, quiso destruir la ciudad de Salta con aquellos espantosos terremotos, y Tú, cual otra hermosa Ester, puesta delante del Supremo Rey de los Cielos, mudando de colores, pediste por la libertad de este pueblo; concédeme, Madre mía del Milagro, el que de tal suerte mude yo mi vida, que si hasta aquí he caminado por los caminos de mi perdición, olvidado de mi Dios y Señor, de hoy en adelante sólo reine en mi corazón tu maternal amor, y que corresponda, amante y agradecido, a las obligaciones de hijo de tal Madre. Y no permitas Madre mía, el que se vea malograda en mí tu poderosa intercesión, que todo lo puede conseguir, con tal que no apartes tus purísimos ojos de este miserable pecador y concédeme lo que te pido en esta novena, si es para mayor honra y gloria tuya, y bien de mi alma. AMEN.
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DIA 9
Luego de haber hecho la oración preparatoria y de rezar tres Avemarías, se rezará lo siguiente:
Gracias os doy, oh dulcísimo Redentor mío, por estas luces que me acabáis de dar, y por haberme dado a conocer los medios para salvarme. Yo os prometo ponerlos en práctica con la mayor firmeza. Concededme la gracia que necesito para seros fiel; ya veo ser vuestra voluntad el que yo me salve, y yo quiero salvarme, en especial para dar gusto a vuestro Corazón divino, que con tanto ardor desea mi salvación. No, no quiero resistir, oh Dios mío, por más tiempo al amor que me tenéis.
Este amor ha sido causa para que Vos me hayáis sufrido con tanta paciencia, cuando yo os ofendía, Vos me llamáis a vuestro amor, y yo no deseo sino amaros. Os amo, bondad infinita; os amo, oh bien supremo e infinito; y os suplico hoy día, por los méritos de Jesucristo, no permitáis que yo sea jamás ingrato a vuestra bondad. Haced, que cese de ser ingrato, o poned fin a mi vida. Señor, ya que habéis empezado la obra, dignaos ahora completarla. Confirma oh Dios, lo que has hecho en nosotros. Dadme la luz, la fuerza, dadme el amor. ¡Oh María, Vos que sois la dispensadora de las gracias, socorredme! Admitidme por vuestro servidor, pues quiero serlo, y rogad a Jesús por mí. Los méritos de Jesucristo, y después vuestros ruegos, son los que han de salvarme.
Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada Virgen del Milagro. AMÉN.