Este domingo cumple 15 y desde agosto enfrenta en Buenos Aires esta enfermedad. El 11 de marzo será sometido a un trasplante de médula y dos meses después podrá volver a Salta.
Campeón, ídolo, luchador. Quizás está última palabra sea la justa para medir semejante hazaña. Mide 1,85 cm, cumple 15 años este domingo 16 de febrero, pesa 54 kilos y desde principios de 2018 le hace frente al cáncer.
Este pequeño inició su lucha contra una leucemia linfoblástica aguda de alto riesgo, cuando apenas tenía 13 años. Viajó a Buenos Aires por primera vez, en julio de ese año para comenzar con una quimioterapia. Su visita en aquella oportunidad fue de 2 meses. Regresó a Salta, y continuó en el hospital Materno Infantil su tratamiento durante un año a base de pastillas.
Se esperaba que el cáncer cediera, y que todo volviera a la normalidad: los paseos, las prácticas de básquet, la pelea con los hermanos, la escuela, la vida. Pero en el caso de Nacho, la historia fue diferente.
En julio de 2019, los resultados de laboratorio dieron resultados negativos para la salud del pequeño y se resolvió en forma urgente un nuevo viaje a Buenos Aires. Su papá, José González, recuerda con detalles las fechas y momentos vividos. En aquel momento, Nacho bajo 5 kilos en dos días, le hicieron una punción en la médula y “se dieron con que la enfermedad había vuelto”.
“En la madrugada del lunes, después de las PASO en agosto, partimos a Buenos Aires y acá estamos desde entonces”, contó José, que rápidamente recuerda que el próximo 11 de marzo, Nacho será sometido a un trasplante de médula.
Con demoras, con luchas interminables, con contratiempos que fueron contra la salud de su hijo, José recuerda que en agosto de 2019, los médicos comenzaron el protocolo de recaída y eso fue hasta el 15 de enero de este año.
“Cada quimio lo deja sin defensa, pero si se llega a controlar la enfermedad y sigue en remisión está apto para el trasplante. Eso debería haberse realizado en octubre del año pasado, pero no comenzaron con la búsqueda del donante a tiempo. Cuando Nacho sufre una segunda recaída, los médicos se preocuparon y apuraron el pedido de trasplante, pero todo sobre la hora. Se suponía que en octubre terminaba el tratamiento y estaba todo listo pero no se pudo”, recordó José. Ahora, la situación médica de Nacho parece estar encaminada. La fecha del transplante ya está confirmada, el donante será un ciudadano alemán.
El pequeño gigante será internado del 2 de marzo para hacerse la última quimio y luego esperará el procedimiento, que una vez finalizado lo obligará a permanecer 2 meses más internado y bajo controles médicos en un sector de total aislamiento.
Esperando el cumple
A la espera del trasplante, la vida de Nacho sigue. Este domingo cumple 15, y durante la semana recibe visitas de conocidos de las redes sociales. Es que su papá inició una campaña para lograr contar con los fondos para la búsqueda de médula y los procedimientos posteriores.
Hoy, sin trabajo, José acompaña a su hijo, mientras sus otros tres pequeños están en Salta. La última vez que los hermanos estuvieron todos juntos fue en diciembre. Los padres de Nacho están divorciados, pero para este cumpleaños su mamá viajó a Buenos Aires.
También conoció a Pablo Barrios, exjugador de la Selección Nacional de Básquet y también fue La Masa, luchador de lucha libre. Entre las visitas con las que cuentan, están los jóvenes de la iglesia Evangélica que además los invitaron a comer un asado.
“Esta es una invitación muy importante, porque Nacho comparte el tiempo con chicos de su edad y comiendo algo rica, aunque él como otros chicos que están con quimio me aseguran que todo lo que comen tiene gusto a metal, pero bueno, al asadito igual los disfrutó”, contó José, que comentó que su hijo le pide desde hace mucho una Play 4. “Tengo algo de dinero, pero no me alcanza para una nueva, así que si alguien tiene una para ofrecerme. Haber si le cumplo el deseo”, dijo José.
Este papá no pierde las esperanzas nunca. En su dialogo con El Tribuno recordó el apoyo que tuvo, en octubre, con su campaña en las redes y luego en los medios. “Ahora estoy más organizado con la plata. Tenemos la asignación de los chicos, y el Gobierno de la provincia nos deposita 3 mil pesos por mes. Además tuvimos la suerte de ingresar en el hospedaje del hospital, así que tenemos la comida. Nacho está medio cansado, quiere otras cosas, pero tenemos para comernos una pizza aunque sea”, confesó el papá que reconoce que la distancia con sus otros hijos es muy dura.
“Queríamos ir a Salta, pero los médicos no le dieron permiso a Nacho, y no queremos que nos pase nada, más cuando ya estamos tan cerca del transplante”, agregó.
La gente que los conoció a través de la redes y los medios no dejan de visitarlos, enviarles mensajes, y hacerles llegar algún presente. “Todo ayuda a pasar los días y hacer todo esto más llevadero”, expresó José.