Jair Bolsonaro atacó otra vez a los medios: “Para la prensa el virus soy yo”, dijo. San Pablo, el estado más populoso del país, impuso mayores restricciones.
Brasil vive el peor momento de la pandemia. Azotado por la segunda ola de coronavirus, el país registró este miércoles un segundo récord consecutivo de muertes por COVID-19 con 1910 decesos en 24 horas.
De esa manera ya suman 259.271 las víctimas fatales desde el inicio de la pandemia, una cifra solo superada en el mundo por el medio millón de decesos reportado por Estados Unidos.
Las autoridades sanitarias anunciaron además 71.704 nuevos casos en 24 horas. Se trata del segundo peor número desde el primer caso de COVID-19 registrado en febrero de 2020. Los contagios totales ascienden a 10,7 millones, según el balance diario del Ministerio de Salud.
Es el segundo récord consecutivo de muertes después de los 1641 decesos reportados el martes. En los últimos siete días el país registró un promedio de 1331 personas fallecieron cada día.
Más restricciones y alarma en hospitales
El alza incesante de víctimas y casos preocupan en especial a las autoridades estaduales. Incluso, los ministros de Salud locales advirtieron sobre la gravísima situación que se vive en el país y pidieron aplicar nuevas restricciones para evitar un colapso del sistema sanitario. Desde enero, las cifras de muertes superan el millar, el mismo registro de junio y agosto durante el peor momento de la pandemia.
Según los informes estaduales, casi una veintena de los 27 estados tienen ocupadas más del 80% de sus camas en las unidades de cuidados intensivos.
Esta situación juzgada como desesperante llevó a alcaldes y gobernadores a aumentar las medidas de restricción a la circulación de personas y el cierre de algunas actividades.
Uno de los estados que decidió restringir las actividades fue el de San Pablo, el más poblado del país, donde viven 46 millones de personas. Este miércoles decretó el retorno durante dos semanas a la llamada “fase roja” de restricciones, que solo permite el funcionamiento de actividades esenciales de las áreas de salud, alimentación y transporte público, así como de escuelas e iglesias.
”Vamos a enfrentar las dos peores semanas desde marzo del año pasado”, dijo el gobernador paulista, Joao Doria, citado por la Afp. Según expertos, el repunte en los casos obedecería a la presencia de una nueva variante del coronavirus detectada en la Amazonia, denominada P.1, más contagiosa y presente en al menos 17 estados
Qué dijo Jair Bolsonaro
Mientras la segunda ola de la pandemia avanza por todo el país y el proceso de vacunación se cumple en forma lenta, el presidente Jair Bolsonaro volvió a atacar a la prensa, a la que responsabilizó por el “pánico” que causó el nuevo brote.
”¿Crearon pánico, no? El problema está ahí, lo lamentamos. Pero no se puede vivir en pánico. Como [tampoco] con la política, de nuevo, del ‘quédese en casa’. La gente va a morir de hambre, de depresión”, dijo el mandatario a un grupo de simpatizantes reunidos frente al palacio presidencial de Alvorada, en Brasilia.
Y añadió: Brasil es “uno de los países que más está vacunando” en el mundo. Sin embargo, se ha inmunizado a apenas el 3 % de la población de 212 millones de habitantes.
“Pero para la prensa el virus soy yo”, afirmó.
Qué pasa en el interior del país
La situación más compleja se vive en el Amazonas, donde este año decenas de personas fallecieron por falta de oxígeno en los hospitales. Pero también la pandemia está causando estragos en el sur, la región más próspera del país. En Florianópolis, capital de Santa Catarina, la ocupación de camas de terapia intensiva llegó al 98% y los hospitales han debido trasladar a pacientes a otras regiones.
Mientras tanto, en Porto Alegre, capital de Río Grande do Sul, la tasa de ocupación de camas es del 80%.