El arquero de Estudiantes se refirió al asesinato de Fernando Báez Sosa tras un ataque grupal a la salida de un boliche: "No es que de un lado están los pobres, marginados y delincuentes, y del otro están los ricos y honestos: está todo mezclado".
La muerte del joven Fernando Báez Sosa luego de haber sufrido una brutal golpiza a la salida de un boliche en Villa Gesell generó indignación y el repudio de amplios sectores de la sociedad argentina. Hubo comunicados de la UAR y también del club donde jugaban diez de los detenidos. También hubo palabras de deportistas, entre ellos Mariano Andújar, quien habló en TyC Sports Verano y analizó los hechos, sus posibles causas y consecuencias, y reconoció la preocupación que siente por sus hijos de 8 y 14 años.
"A mi hija trato de no prohibirle sino de informarla, de criarla para que entienda dónde están y cuáles los peligros. Hay que replantearse un montón de cosas que quizás los padres hicieron bien... pero los pibes son sujetos independientes. No sé si escuchan hoy a los padres, pero actúan en un lugar artificial como las redes sociales. Se deforma todo de forma tal que parece normal agarrarse a piñas entre diez, pegarle una patada en la calle o poner a una piba con la que estás teniendo relaciones en las redes", explicó el arquero de Estudiantes. En este último caso, se refería al intercambio de videos privados entre jugadores de rugby del club Universitario de La Plata.
Luego, Andújar volvió a hablar sobre la pelea en la puerta del boliche Le Brique y se preguntó si hoy era "más importante filmar que parar" a los violentos. "Vale todo en las redes y hay que cuidarse", añadió. Además, explicó la importancia de la contención y la formación del Pincha con los juveniles del club, aunque reconoció que "ellos después son personas que actúan como quieren".
La problemática de la discriminación y "los prejuicios hacia los barrios bajos" también fue abordada por Andújar. Criado en Lugano, muchas veces sufrió la negativa de taxistas a llevarlo hasta su casa o la prohibición a entrar a un boliche "por una gorrita". "Y después ves lo que pasa con estos chicos, que son de rugby y que supuestamente tienen formación y poder adquisitivo un poco más alto...", se lamentó.
"No es así como se pinta todo. En Lugano hay un montón de gente trabajadora y honesta y en los countries hay un montón de delincuentes. No es que de un lado están los pobres, marginados y delincuentes y del otro están los ricos honestos. Está todo mezclado. Hay prejuicios solamente por la clase social. Y este verano los problemas que hubo fueron de clase media para arriba. Las influencias llegan a todos: al que está en la villa y al que está en el country. ¿Cómo lo controlás? Cada uno va a tener que tratar de cuidar a sus hijos, informarlo y tratar de llevarlo por el camino que entienda los peligros que va a afrontar", concluyó el futbolista.