Carlitos charló con Russo, el DT lo hizo sentir importante y por eso no ejecutará la cláusula para irse y seguirá hasta junio. Es más, Miguel no descarta ponerlo como 9.
El retiro todavía puede esperar un poco más en la cabeza de Carlos Tevez. Lo que más compenetrado lo tiene ahora es aprovechar la pretemporada para intentar alcanzar su mejor versión futbolística y, a punto de cumplir 36 años, levantar la séptima Libertadores para el club antes de retirarse. Porque Carlitos charló en la semana con Miguel Russo, entendió que si se pone bien tendrá muchas chances de ocupar un lugar entre los 11 y por eso, compenetrado a full en los desafíos que Boca tiene por delante, lo consultó con su familia y con la almohada y decidió no ejecutar la cláusula que le permitía rescindir de manera unilateral. Y es más: no sólo será tenido en cuenta por el nuevo DT, hasta podría ser el 9 del equipo.
El ídolo ya había dicho antes de las elecciones que tenía ganas de seguir. Que si bien lo unía una amistad de años con Daniel Angelici, él estaba dispuesto a quedarse así ganara Gribaudo, Ameal o Beraldi. Sin embargo, pese a haber hablado con Riquelme antes de la elección, Tevez empezó a sospechar de que en el club no lo querían tanto como decían. El teléfono no le sonó en todas las vacaciones y la escueta declaración de Russo con respecto a su futuro lo llenaron de dudas.
Pero había un tema que no era menor: la letra chica del contrato indicaba que su vínculo con Boca vencía el 30/6 de este año y no el 31/12 del anterior, y que tanto él como el club tenían plazo hasta el 15/1 (o sea, este miércoles) para romperlo a costo cero. Esto se debía a que por una nueva reglamentación de AFA, los contratos registrados deben caducar al cierre de la temporada y no en medio. El problema es que esos seis meses de más que el Apache firmó para adecuar ese contrato eran cambio de un sueldo básico, de juvenil. Más allá de eso, que posiblemente se renegocie a corto plazo, el ídolo no piensa en otra cosa que en jugar y ganarse un puesto.
La charla que más esperaba Tevez era con el entrenador. Y se dio en los últimos días en el predio de Boca en Ezeiza. Aunque el 10 necesitaba un guiño de Miguel para estar 100% seguro de seguir, el tema continuidad no llegó a ponerse sobre la mesa. Conversaron de cuestiones futbolísticas y ahí el DT le tiró la onda para volver a jugar de 9, una posición que Carlitos conoce bien aunque no es la que mejor le sienta.
En lo que va de la pretemporada, en una práctica de fútbol que se vio a la distancia, Tevez se movió como segunda punta (el 9 fue Soldano) en un 4-4-2 que armó Russo con titulares y suplentes mezclados. El otro equipo se paró igual, pero con Zárate y Wanchope arriba. A ellos cuatro hay que sumarle al venezolano Hurtado, quien por estar afectado a la Sub 23 de Venezuela que disputará el Preolímpico aún no pudo ser evaluado por Russo.
Variantes en ataque hay y de sobra. Pero para afrontar este mini-torneo de siete partidos que definirán el campeonato, el DT no sabe cómo le responderá físicamente Ábila ni tampoco si seguirá contando con Soldano, buscado por varios clubes de la Superliga. A Hurtado lo llevaría de a poco y a Carlitos quiere exigirlo a fondo para que compita por ese puesto, aunque también lo piensa en su posición natural, ya sea como enganche (ahí tiene a Mac Allister, Zárate, Bebelo y Pol) o como acompañante del 9.
Con el sí del Apache, ahora todos arrancan de cero.