Fue asistente de Low en el Mundial 2014 y asumió como interino del conjunto bávaro tras la salida de Niko Kovac. Ganó la Copa de Alemania, la Bundesliga y está a dos partidos de lograr la Champions.
Hans-Dieter Flick es uno de esos hombres que no disfrutar de ser el centro de atención y eso explica que su nombre haya pasado desapercibido durante tanto tiempo en el mundo del fútbol. O que en la recta final de la Champions League, en la que su Bayern Munich jugará ante Lyon por las semifinales, se haya hablado mucho más de sus compatrioras Thomas Tuchel o Julian Nagelsmann, entrenadores del PSG y Leipzig, respectivamente.
Flick, de 55 años, fue mediocampista del Bayern entre 1985 y 1990, con 104 partidos, cinco goles y seis títulos. Antes, cuando todavía no estaba claro su destino como futbolista, llegó a trabajar en un banco, motivo por el cual rechazó una propuesta del Stuttgart: “Buscaba una salida laboral para el día de mañana”, explicó. Después pasó por el Colonia, pero una serie de lesiones lo sacaron de las canchas los 31 años.
Una vez retirado volvió a Bammental, la ciudad donde se crió, y se animó al rol de jugador-técnico en el FC Victoria Bammental hasta el 2000. De allí pasó al Hoffenfeim, que estaba en la tercera categoría de Alemania, para luego ser asistente del Red Bull Salzburg y de la Selección Alemania, donde se consagró campeón del Mundial 2014.
Fue en la Mannschaft donde empezó a tejer su presente en el Bayern Munich. ¿Por qué? Porque allí se ganó la confianza de futbolistas que actualmente son los capos del vestuario bávaro: Manuel Neuer, Jerome Boateng, Thomas Muller… Sin embargo, cuando llegó el llamado del Bayern, nadie se imaginó su presente. La idea era, en principio, que fuera el número dos de Niko Kovac. Pero el croata perdió el rumbo y todo quedó en manos de Hansi, que hasta entonces nunca había dirigido un equipo profesional.
Volvió la presión alta, puso a Alphonso Davies de lateral izquierdo, le devolvió la titularidad a Muller… y llegaron las victorias. Ganó la Bundesliga y la Copa de Alemania. En el fútbol post-parate del Covid, acumuló 14 triunfos consecutivos; el último, la paliza futbolística y táctica contra el Barcelona por 8-2.
“Ha aportado un nuevo aspecto táctico y también su mentalidad, es lo que hace la diferencia hoy”, lo elogió Tolisso. "Nuestro juego no había estado tan bien organizado desde Pep Guardiola", agregó Muller. Mientras tanto, el presidente Karl-Heinz Rummenigge celebra haber dado en la tecla en la elección de un DT que puso al equipo a dos partidos de su sexta Champions.