Una multitud se acercó al estadio Urbano Caldeira de Vila Belmiro, hogar del Santos, para despedir a Pelé, quien murió el pasado jueves a los 82 años.
El funeral se extenderá hasta hoy para que fanáticos, admiradores, amigos, seres queridos, rivales y todo el mundo del fútbol pueda decirle adiós a la leyenda del deporte, tres veces ganador de la Copa del Mundo. Hasta Gianni Infantino, presidente de la FIFA, se trasladó hasta Brasil para decir presente. En cambio, Neymar, máxima estrella de la selección verdeamarela, y un producto genuino de la cantera del Santos, no pudo viajar a Sudamérica para la ocasión y envió a su padre como representante.
Los restos de Pelé, cuyo cuerpo pasó por un proceso de embalsamamiento llamado taxopraxia, fueron colocados debajo de una tienda en el centro del campo del Santos, el club donde jugó desde 1956 hasta 1974 ganando dos copas Libertadores y dos Intercontinentales.
Pelé será sepultado hoy en un cementerio privado de Santos y el cortejo pasará por la casa de la madre del astro, Dona Celeste, quien tiene 100 años y todavía no fue informada por la familia sobre el deceso del Arantes do Nascimento.
El puerto de Santos, el mayor de América Latina, tendrá el nombre de Pelé según ha anunciado el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, el flamante presidente que avisó que podrá ir al velatorio hoy por la mañana, antes del fin de la ceremonia.