Zuculini, Álvarez y Pratto marcaron los goles de River: quinta victoria consecutiva para Gallardo, que terminó con muchos pibes en cancha. Badaloni descontó para Godoy Cruz, que terminó último en la zona.
En la carrera por conquistar la Libertadores, Nacional es el próximo gran rival a superar y Godoy Cruz podría haber sido considerado como ese auto rezagado, lento, al que hay que dejar atrás en la carrera sólo por obligación. Es cierto que Gallardo puso un muleto y cuidó a muchas de sus mejores piezas porque el pasaje a la Fase Campeonato estaba asegurado, pero esta especie de prueba de clasificación le dejó conclusiones positivas al entrenador.
Como repite de memoria el DT, estos jugadores se adaptan a cualquier y Bruno Zuculini fue un nuevo ejemplo. Jugó un primer tiempo casi perfecto. Arrancó como doble cinco junto a Ponzio, fue un pulpo para recuperar pero en cada ataque aceleró para llegar al área y convertirse en un delantero más, como en el primer gol. Y el centro desde la izquierda fue de Angileri, que cada día juega mejor por la banda izquierda y está dispuesto a pelearle el puesto a Milton Casco.
La falta de contundencia fue el concepto que más repitió Gallardo en la ida y vuelta contra Paranaense. Y de cara a una serie de cuartos donde cada error puede costar la eliminación, Julián Alvarez, el goleador de River en la Copa, cortó la extensa racha negativa de los delanteros -cuatro sin convertir- y el tercero de Lucas Pratto fue importante para que el Oso recupere la confianza. Es cierto que luchó mucho de espaldas y le costó encontrar su lugar en el área, pero aprovechó el error de la defensa rival y, con la efectividad que reclama el Muñeco, no perdonó en la única clara que tuvo.
Mientras Pinola es una máquina de sumar minutos y a sus 37 años se siente como un pibe, Ignacio Fernández también fue titular, algo que no estaba en los papeles. El 10 de River en la Copa Diego Maradona quiere volver a ser ese que fue y necesita rodaje. Arrancó suelto por el medio, la peleó sobre la raya para iniciar la acción que derivó en el gol de Zuculini, pero los chispazos fueron disminuyendo y cuando se recostó como volante por derecha se apagó del todo. Nacho es irremplazable por características, pero la evolución de Carrascal es una amenaza. Gallardo esperará, sabe que instancias decisivas el Cerebro es fundamental, pero a la vez la figura del colombiano aparece cada vez más grande en el espejo retrovisor y en la asistencia a Alvarez y en sus pisadas demuestra que pide pista.
En otro de los ítems a considerar, si se resfría Franco Armani, el Beto Bologna es el mejor remedio. Aunque no pudo hacer nada en el cabezazo de Badaloni que le puso incertidumbre al resultado e hizo enojar bastante a Gallardo, fue otra vez decisivo con un par de intervenciones en la que achicó con rapidez y hasta se animó a salir jugando. El arco está bien protegido.
A la hora de armar el Bolso, hay ropa de sobra y habrá que elegir cuál es la que mejor se adapta al juego de los uruguayos. A horas de un nuevo 9/12 que será a puro festejo, Gallardo quiere las dos Copas y tiene un autazo para llegar primero a la bandera a cuadros.