El mediocampista uruguayo, clave en el equipo de Gallardo, contó que fue fundamental trabajar la cabeza para lograr adaptarse al Millonario y destacó el rol de Sandra Rossi.
Hace ya un buen tiempo que Nicolás De La Cruz se convirtió en uno de los indiscutidos de River. Cada vez que el Millonario tiene que jugar un partido decisivo, en la mitad de la cancha aparece el nombre del uruguayo, quien hoy es una de las piezas más importantes del equipo de Marcelo Gallardo.
Sin embargo, esto no siempre ha sido así. De La Cruz llegó a Núñez a mediados de 2017 y no fue hasta 2019 que empezó a tener continuidad. De hecho, el propio futbolista confesó que no le fue para nada fácil adaptarse al juego en Argentina y, en particular, a River.
"No fue nada sencillo. Tuve varias lesiones y el ritmo del fútbol argentino es muy diferente al que yo tenía en Uruguay. Me costó acoplarme a un equipo con una intensidad muy alta en todos los partidos como es River. Fue un déficit que tuve que mejorar con el tiempo... Tuve que superar muchos obstáculos que eran propios de un jugador joven que llega a un fútbol diferente y también tuve que mejorar en lo extrafutbolístico. La gente siempre espera un buen rendimiento de un jugador que llega del exterior y yo encima venía con la presión de ser "el hermano de", que hace que te miren de otra manera. Era normal en su momento el malestar de los hinchas, lo entendía. Y hoy por hoy puedo decir que me gané mi nombre a base de esfuerzo, pero no fue nada fácil", dijo el mediocampista en una entrevista con La Nación.
En la misma línea, De La Cruz detalló cuál era el principal problema que no lo permitía tener el rendimiento deseado y cuándo pudo resolverlo. "Me superaba la presión. Sentía una mochila muy importante en la espalda cada vez que entraba. Y el clic se empezó a dar a medida que fui entendiendo lo que es el mundo River y el lugar en el que estaba. No podía quedarme solo con llegar, sino que quería mantenerme durante mucho tiempo en un club tan grande. Y tuve un partido clave en Brasil contra Inter que hice un gol de tiro libre. Ese día sentí un alivio y sabía que era el momento", contó De La Cruz, haciendo referencia al duelo de fase de Grupos de la Copa Libertadores 2019, en el cual el Millonario comenzó perdiendo 2-0 y logró empatarlo gracias a un gran gol suyo.
Más allá del punto de inflexión que significó ese partido en Porto Alegre, el uruguayo reconoció que hubo personas importantes que ayudaron a solucionar el problema y, entre ellas, hubo alguien que fue vital: Sandra Rossi, especialista en medicina del deporte y neurociencias que trabaja pegada al plantel de Gallardo.
"Siempre sentí la confianza del entrenador y mis compañeros. También fue fundamental Sandra Rossi y los profes y los kinesiólogos por las lesiones que sufría. Y tuvo un papel muy importante mi familia, que siempre estuvo detrás de mí y jamás me dejó caer. Yo sabía que tenía que revertir la situación por ellos", comentó quien, desde la doble fecha de Eliminatorias de octubre, es parte de la Selección de Uruguay.
Y agregó: "Sandra es fundamental para nosotros. Es nuestra mamá. Nos da muchas herramientas para que después dentro del campo se nos haga todo más sencillo. Siempre está ahí. Yo hice muchos trabajos para manejar la ansiedad y tomarme más segundos para pensar. También para mejorar la visión periférica, buscar espacios libres y trabajar la velocidad mental. Son aspectos que se trabajan en el día a día y después te das cuenta que te sirven muchísimo para resolver mejor una jugada. Son muchas cosas abarcadas que nos hacen mejores en la cancha".
De La Cruz y el futuro de su carrera
A menos de un año de finalizar su contrato con River (se termina el 30 de junio de 2021), el nacido en Montevideo, expresó su deseo de emigrar al viejo continente, aunque aseguró que, por el momento, su cabeza está puesta en el Millonario.
"Hoy por hoy estoy 100% enfocado en River y Uruguay. Mirando para adelante, dentro de poco se termina mi contrato, hay mucha incertidumbre y no se sabe qué va a pasar. Las ligas europeas son el sueño de todo jugador. Nacés y te dan una pelota. Luego tomás conciencia y lo primero que querés es defender la camiseta de tu país. Después, querés jugar en el equipo del que sos hincha o en un grande. Y ya la liga europea es la tentación de cada jugador. Es un sueño llegar, pero hoy trabajo para darle lo mejor a River. Me debo al club y estoy muy feliz. Quién dice el día de mañana podré cumplir ese deseo de jugar en Europa", concluyó.