Roque Drago, DT del Tambero, futuro rival del Xeneize, aseguró que tener a Román enfrente sería "un plus" para sus dirigidos. Parece una utopía, pero imaginárselo no cuesta nada.
Las declaraciones de Jorge Amor Ameal esbozando su deseo de que Juan Román Riquelme vuelva a vestir la camiseta de Boca han generado una repercusión, en las últimas horas, a la altura de la figura del propio Román. Los hinchas no hacen más que elevar sus ilusiones ante la posibilidad -aunque sea remota- de que su máximo ídolo se calce la “10” una vez más y “por los puntos”.
La chance de que el actual vicepresidente del club haga su reaparición con la azul y oro de manera oficial -la última vez que lo hizo con esta camiseta fue el 11 de mayo de 2014, en un 3-1 ante Lanús, que quedó marcado por aquel caño sin pelota a Carlos Izquierdoz-, coloca a la Copa Argentina, aún sin fecha de regreso oficial, pero con las intenciones de que sea en en noviembre, como el escenario ideal para que esto suceda. En ese sentido, no solo los fanáticos del Xeneize se deslumbran ante esta oportunidad, también lo hace Claypole, el rival en 32avos. de final que podría darse el lujo de ver retornar al emblema del fútbol argentino.
Roque Drago, entrenador del Tambero, dialogó con TyC Sports y dio cuenta de lo que significaría para él, los jugadores y la institución en general, que Riquelme diga presente en ese duelo, que ya de por sí, por el hecho de enfrentarse a Boca, reviste de una preponderancia absoluta siendo, probablemente, el partido más trascendental de su historia.
“¿Qué se puede hablar de Riquelme? Es un placer verlo. Yo no creo que Román vuelva jugar, pero todo puede pasar. Sería lindo para los pibes. Yo estoy pensando en que ellos se pongan bien y hagamos las cosas bien en nuestro torneo. Uno sabe que es un partido importante, lindo, pero más que nada por los jugadores, es una experiencia que no se la van a olvidar nunca más,sería algo único”, sostuvo el DT de 58 años.
A lo largo de la trayectoria de Riquelme, son contados los jugadores que han sabido –y podido- detenerlo cuando la pelota reposaba en sus pies; la técnica en su botín derecho y, al mismo tiempo, el panorama absoluto del campo de juego, lo convertían en un especialista del pase gol, con una capacidad única de insertar el balón en los lugares más recónditos.
¿CÓMO MARCAR A RIQUELME?
Amparándose en sus características, Drago vaticinó cuál sería su estrategia para marcar a Román, descartando con seguridad la persecución individual. “Trataremos de hacer lo que sabemos. Cuando tenés que defender un jugador así hay que hacer un bloque, achicando espacios”. Y agregó, en un tono irónico y entre risas, “No le pondría marca personal, le cago la fiesta”.
Extendiéndose en sus conceptos sobre cómo defenderlo, comentó: “No le daría libertades, pero tampoco le pondría un hombre exclusivo a él. No es solo Riquelme, porque si lo tapas a él te aparece cualquier otro, es Boca”, explicó.
EL PARTIDO QUE HAY QUE PLANTEARLE A BOCA
Ya planificando el encuentro en su mente, como si tuviese el pizarrón entre sus manos, Drago, que sumó diez refuerzos al plantel de Claypole y no lamentó ninguna baja, se adentró en las características del conjunto de Miguel Ángel Russo y en como plantear el partido. “hay que recurrir a un bloque, donde tenés que achicar espacios. En zona y sin persecuciones”.
Asimismo, dejó en claro las diferencias de velocidad de resolución entre un equipo y otro, y cómo actuar ante esa disparidad: “Hay que tratar de equipararlos, que es algo muy difícil. Los tiempos son otros, no podés llegar un segundo tarde porque ellos resuelven a un toque, que es algo lógico por la jerarquía y los nombres que tienen”. Y sumó, en relación a Russo y su mano para elevar el rendimiento del equipo desde su llegada: “los pudo tranquilizar y acomodarlos, sin grandes cosas, solo con orden. Después, los nombres propios son los que hacen el resto".
La Copa Argentina cuenta con una variante que la tiñe de un factor emocional que, quizás, ni siquiera otros torneos de mayor relevancia pueden gozar: la particularidad de que se enfrenten dos clubes de categorías antagónicas (Primera División y Primera D), de ambos extremos de la competitividad en el fútbol argentino, como los son en este caso Boca y Claypole. Es un evento capaz de concretar sueños, sobre todo, para aquellas instituciones de menor rango, que no todos los días pueden enfrentar a un gigante.
EL PRESIDENTE DE CLAYPOLE Y SU ADMIRACIÓN POR RIQUELME
De hecho, el propio presidente de Claypole, Javiér Gómez, aseguró en su momento que se puso a “llorar” cuando supo que el destino lo había citado en el cruce decisivo ante el Xeneize porque “es algo único, que no nos vamos a olvidar nunca en la vida”. Además, el mandatario, se había manifestado como un fiel admirador de Román, deslizando que “si me lo cruzo a Riquelme, le pediré una foto, obviamente”; deseo que podría cumplirse y excediendo las expectativas, en caso de que el vicepresidente de Boca haga su regreso vestido como jugador de fútbol y con la camiseta donde supo escribir las páginas más doradas de su exitosa carrera.
Sin embargo, por su parte, el DT del Tambero, con un semblante de suma tranquilidad, se distanció de las palabras y sentimientos del dirigente de la institución y cuenta que, si bien “le doy mucha importancia”, “no me agarra la emoción o la ansiedad”.
“Lo vivo distinto, porque soy así y porque ya estoy terminando este oficio. No me mueve, pero sé que es un partido lindo, que hubiera sido todavía más lindo con público para que los pibes puedan vivir ese momento. Obviamente que me gusta, porque soy del fútbol, pero me pone más contento por los chicos, que puedan vivir esa experiencia. Además, porque el espíritu deportivo lo tenemos. Estamos con ganas de hacer las cosas lo mejor que se pueda, va a ser un momento lindo", expresó el entrenador, sumergiéndose en las sensaciones que se le presentan a semanas del choque.
¿SE LE PUEDE GANAR A BOCA?
“Nosotros queremos ganar. De mi parte, como conductor y ya una persona grande, lo tomo con frialdad sabiendo de las diferencias. Queremos hacer un buen papel, digno. Hay que ser un equipo prolijo y con orden para tratar de equiparar por lo menos desde lo físico. La idea es hacerle partido, después es fútbol, todo puede pasar, pero siempre siendo conscientes de la diferencia de categoría”, argumentó.
“Nosotros vamos a tener un plus, porque los jugadores, ese día, van a sacar fuerzas de donde no tienen”, concluyó Drago. Y claro está que, ese plus, será a un mayor si Juan Román Riquelme toma la revolucionaría decisión de volver a ponerse los cortos, porque, para los ilusionados jugadores de Claypole, no habrá motivación mayor que la de tener al “Último Diez” del otro lado de la línea de cal, y con la camiseta azul y amarilla.