Talleres de Córdoba tenía un equipazo y el salteño por adopción Juan Domingo Patricio Cabrera era una de sus figuras.
Hace 44 años la “T” se enfrentaba con Argentinos Juniors y ese día, el 20 de octubre de 1976 hacía su debut en el equipo de La Paternal Diego Maradona. Tenía solo 15 años y el técnico Juan Carlos Monte lo mandó al ruedo. Y en la primera pelota que tocó Diego le metió un caño bárbaro al “Coya” Cabrera, que años antes había jugado en el desaparecido Joaquín Castellanos y Atlético Mitre.
Cabrera, ahijado presidencial siguió su carrera en equipos de Colombia y Francia, además de haberlo hecho en San Lorenzo de Almagro.
Muchos años después, retirado de la actividad futbolística, Cabrera se ganaba el puchero como taxista.
“Me gasté toda la guita y solo me quedó un terreno en Córdoba en propiedad con el ‘Gringo’ Binello, un gran central que brilló en la ‘T’”, contó a un periodista salteño. Y al hacer referencia al caño que Diego le tiró dijo: “Bajó la pelota con el pecho y cuando fui a buscarlo metió la pelota entre mis piernas”.
“Yo metí un trancazo y Diego me dijo: ‘No seas mala leche, negro’”, recordó Cabrera.
El Coya, de origen tucumano pero hecho futbolísticamente en Salta, no la pasaba bien en esas cuestiones de la economía. Y aprovechó la nota concedida al diario deportivo Olé, para hacerle un pedido a Diego: “Si puede, quisiera un auto para trabajarlo de taxi, yo se lo voy a pagar, solo eso”.
Los años pasaron, Cabrera murió y el pedido nunca llegó. Pero quedó como la primera víctima del Diez en las cuestiones futboleras.