El exvolante millonario repasó lo difícil que fue jugar en las canchas del Nacional B y recordó el regreso a Primera División como un paso muy importante en su carrera.
Pelota debajo de la suela, cabeza levantada y vista el frente. Al Lobo Ledesma era fácil reconocerlo en la zona de la mitad de la cancha dentro de cualquiera de los tantos equipos que le ha tocado integrar. Un jugador surgido de Argentinos Juniors, moldeado con la identidad tan particular del club de La Paternal, supo dejar su huella en dos gigantes del fútbol argentino como River y San Lorenzo. En una charla con FM 94.7, el ex volante central devenido en entrenador repasó su extensa carrera.
Un largo camino: “Lograr el ascenso con River fue histórico y lo disfruté muchísimo. Fue una etapa de mucho aprendizaje, cada partido para nosotros era una final y la verdad no fue nada fácil. Lo cierto es que había que pasar por eso para poder resurgir después. No era sencillo ir a ciertas canchas como Almirante Brown o Boca Unidos, en ese momento fue un cambio muy grande”.
Campeón con gol incluido: “El campeonato que ganamos en 2014 con River fue uno de los más lindos para mí. Fue como la frutilla del postre, además pude marcar un lindo gol, el púnico en mi paso por el club”.
Un lobo azulgrana: “Otro de los campeonatos que realmente disfruté mucho fue el que ganamos con San Lorenzo en el año 2007. Soy hincha del club desde chico, la verdad es que soy muy respetuoso y me pareció que no era lo mejor decirlo cuando ya estaba en el club. Yo disfruté jugar ahí, a veces no es necesario hablar de más”.
Cuestión de educación: “En Argentina no estamos preparados para aceptar una derrota y para competir sin pelear. Lo entiendo como una cuestión cultural, de educación y de entender que a veces se gana y otras se pierde”.
Hamburgo: “La experiencia de jugar en Alemania fue de absoluto aprendizaje. Yo tenía solo 23 años y quizás no me pude quedar el tiempo que quería. Por mi juventud elegí irme a otro lugar y poder tener más minutos para jugar”.
Olympiacos: “En Grecia quizás es el lugar donde más se vive el fútbol como acá. El griego es muy parecido a nosotros, todo es muy pasional. Allá los clásicos se jugaban sin visitantes también. El clima era terrible, por suerte me fue muy bien”.
Bicho de nacimiento: “Fue un privilegio retirarme en Argentinos, ahí empecé y volví justo con la llegada de Riquelme. Sea armó un lindo grupo y por suerte pudimos lograr el objetivo”.
El día después: “Por suerte cuando me retiré ya tenía el título de entrenador, el cambio no es sencillo de transitar y no hay mucha ayuda ni contención para el jugador. Es difícil encontrar una rutina después de retirarse e intentar llenar ese vació enorme que deja el fútbol. Con el tiempo todo se va acomodando, pero es fundamental encontrar otro objetivo nuevo”.