María Gabriela, de 46 años, había recibido las dos dosis de Sputnik V. “Mi tío falleció el martes. Ella no se llegó a enterar”, le contó a TN.com.ar su hija Micaela. “Sí supo que había nacido su nieto, que se adelantó porque tenía fecha para agosto. Estaba feliz”, dijo.
“De 24 horas, ella trabajaba 25″, dice Micaela Manieri, al describir no solo la labor y la forma en que vivía su mamá. María Gabriela Vázquez era enfermera y, posiblemente no hay habitante de la localidad de Toledo, Córdoba, que no la conociera.
La mujer, de 46 años, murió de coronavirus el miércoles, pese a estar vacunada con ambas dosis de la Sputnik V. La municipalidad decretó duelo hasta el lunes y el pueblo entero llora la pérdida aún conmocionado. “Se puso al hombro la pandemia”, dicen.
Las tareas de Gabriela estuvieron siempre ligadas a la atención y cuidado de los habitantes de Toledo. Además de su profesión o, mejor dicho, de la mano con su vocación de servicio, impulsó múltiples proyectos de ayuda social que la llevaron a liderar el área de Salud y Acción Social del municipio ubicado a pocos kilómetros de la capital provincial.
A diario se desempeñaba en el Dispensario de Toledo, cuenta Micaela a TN.com.ar. Según relata la joven, la pesadilla que atraviesa la familia comenzó a principios de junio, cuando su tío Sebastián, “Tato”, único hermano de Gabriela, contrajo el virus. “Yo pienso que se contagió en un descuido, porque lo había traído a casa para cuidarlo. Estaba en una habitación que tiene baño como para mantenerse aislado, pero podía pasar”, dice.
Si bien el hombre recibió el alta, nunca volvió a sentirse bien y días después debieron internarlo por problemas de saturación pulmonar, el martes 8 de junio. Al día siguiente, Gabriela, que también había dado positivo en COVID-19, fue trasladada a otro centro de salud diagnosticada con neumonía bilateral.
“Era hipertensa pero los médicos dijeron que no fue un agravante. El virus le dañó los pulmones”, indica.
La joven, de 20 años, es la menor de los tres hermanos, de 23 y 25. Habla con angustia, aún conmocionada, pero la voz cambia cuando recuerda la personalidad de su mamá. “Todo el pueblo llora por ella. Se puso al frente de todo en la pandemia, estaba predispuesta las 24 horas. Muchas veces le decíamos que parara un poco pero no lo hacía”, recuerda.
“No le paraba nunca la cabeza. Estaba internada y me recordaba las fechas en que tenía que pagar la facultad, o los servicios. Todos estábamos pidiendo que saliera adelante, fue muy masivo, oramos mucho”, cuenta Micaela. “Estaba internada con oxígeno y me preguntaba si habían dado de alta a tal o cual persona. La última vez que nos vimos me dijo que nos íbamos a encontrar en casa”, detalla.
Pese a que la mujer tenía aplicadas las dos dosis de la vacuna Sputnik V y todo indicaba que podría mejorar, el domingo 20 su estado de salud empeoró y la intubaron ese día, al mismo tiempo que a su hermano.
“Mi tío falleció el martes y ella el miércoles. No se llegó a enterar”, detalla la joven. “La estaba peleando, los médicos me lo decían. Ella además sabía lo que tenía que hacer para mejorar y lo hacía”, se lamenta.
Micaela, que estudia Bioquímica, piensa ahora en su familia: sus abuelos maternos, de 71 y 81 años, sus hermanos y un sobrino recién nacido. “Iba a nacer en agosto pero se adelantó y mi mamá llegó a enterarse de que había nacido su nieto. Estaba feliz”, relata. “Tenemos que salir adelante. Ella me hizo fuerte. Dejó un gran vacío, pero estoy orgullosa de ser su hija”, agrega.
“El pueblo está de luto”
Gabriela encabezó distintos proyectos de ayuda social y también relacionados con la igualdad de género. Según destacan quienes la conocieron o trabajaron con ella, su forma de ser la distinguía y la llevaba al brindarse al 100%. “El pueblo está de luto”, dice su hija.
“Gabi, la de la mirada llena de esperanza, la jefa de mi equipo, la que siempre tiene tiempo para todos, la que entregó todo en esta pandemia, necesita de nuestra oración”, escribió hace pocos días Karen Fernández, que trabajaba con la enfermera, en su Twitter. La publicación, que realizó cuando Gabriela estaba internada, superó los 30 mil “me gusta” en poco tiempo.
Tras conocer la noticia, las redes del municipio incluso se llenaron de mensajes de despedida y agradecimiento. Las autoridades declararon tres días de duelo para homenajear a Gabriela: cerraron cooperativas, fábricas y la sede comunal hasta el lunes.
En el velatorio, cuenta la familia, “hubo una cuadra de gente aplaudiendo”.
“Te fuiste dando batalla como siempre, la peleaste hasta el final. Volá alto y descansa en paz, guerrera, te vamos a extrañar todos los días. Nos diste tanto que dejaste hasta la vida”, se despidió Karen.