Pese a la veda a las exportaciones dictaminada por el Gobierno, el valor al público aumentó un 8% durante junio.
Se cansaron de repetirlo: analistas ganaderos, economistas, representantes del sector, dirigentes de entidades agropecuarias, políticos y opositores: el cepo a la carne, total o parcial, no bajaría el precio del alimento en la góndola tal como espera el Gobierno.
Desde el 20 de mayo, fecha en que la restricción a exportar carne al exterior entró en vigor, representantes de la cadena alertaron que era una medida que atentaba contra la producción y que los cortes que se venden al exterior no son los que se consumen en la mesa de los argentinos.
Uno de los primero en advertirlo fue Miguel Schariti, titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), entidad que justamente dio a conocer un informe que refleja que la carne vacuna aumentó durante junio un 8% en comparación con el mismo mes del año pasado.
El documento indica además, que se faenó un 11% menos que igual período del 2020 y, en consecuencia, cayó la producción. “Esto es producto de las restricciones a las exportaciones. Además, la faena de hembras cayó al 42% cuando en mayo la cifra fue del 47%. Esto ocurrió por la prohibición de exportar hembras”, afirmó Schiariti en diálogo con Canal Rural, quien agregó que el consumo per cápita de carne se retrajo a 47,5 kilos por año, un 6,5% menos que en 2020.
El titular de la cámara explicó que el valor de los animales livianos, que es el que se consume en la Argentina, no solo no bajó sino que por el contrario, aumentó. “Esto era sabido y lo hemos dicho de manera reiterada. El problema de la producción para consumo interno es estructural: ningún productor ganadero puede comprar un animal de 180/200 kilos, ponerlo en un corral y sacarlo con 330/340 kilos porque los números no le dan. El ternero aumentó más del 115% con respecto al año pasado y el maíz tuvo un incremento del 120%: las cuentas no cierran”, concluyó Schiariti.
Otras opiniones
En tanto, el consultor ganadero, Fernando Canosa, explicó que la medida no tiene “ninguna lógica” y que lo que más preocupa es que quien toma las decisiones “no está capacitado”.
“A nadie se le ocurriría haber tomado semejante medida como la restricción a las exportaciones de carne para, teóricamente, mejorar el precio en la mesa de los argentinos. El nivel de ineptitud y de ignorancia que detrás de estas medidas realmente llama la atención”, afirmó el profesional a Mercadovisión.
Por su parte, el especialista Víctor Tonelli, afirmó que la vaca fue la peor víctima de esta medida ya que su precio cayó cerca del 30% si se lo compara con mayo y junio del año pasado. “Lo que han hecho es una irracionalidad total: una irresponsabilidad absoluta. El mundo ya no confiará en nosotros como lo hacía dos meses atrás y volveremos a ser las cenicientas del mercado internacional”, destacó.
Por último, Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), escribió un documento que tituló “El sector requiere que se revea el cierre de exportaciones”, en el cual manifestó que a casi 60 días de tomada la medida, desde la entidad entienden que las decisiones tomadas por el oficialismo “están determinadas por el clima electoral, porque no encontramos explicaciones racionales a la restricción de cortes procedentes de la faena de vacas que no se consumen en el mercado doméstico”.
Y concluyó: “La decisión oficial de cerrar parcialmente las exportaciones de carne vacuna genera perjuicios en la producción ganadera, en la industria, en inversiones y en el empleo al tiempo que no generó bajas en los precios de la carne vacuna. El sector necesita que las autoridades reviertan la medida y se hagan eco de los temas de pendiente solución”.