José Balascia (69), alias “Pino”, fue condenado a prisión por abuso sexual simple en perjuicio de dos niñas y por tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil. El juicio abreviado se llevó a cabo en la Sala II.
El imputado fue denunciado por las madres de las menores, que son vecinas del barrio donde reside Balascia. La primera denunciante relató que la maestra de su hija (10 años) la llamó para decirle que la niña le había contado que un vecino llamado “Pino” la había tocado en sus partes íntimas. Al preguntarle cuándo había sucedido el hecho, la menor le dijo su madre que había ocurrido en una ocasión en que su abuela la había mandado a casa del vecino a comprar. El imputado le preguntó si quería conocer su habitación, la hizo pasar y le realizó tocamientos impúdicos. Cuando escuchó que la abuela de la niña la llamaba, le dijo que se fuera y que no contara a nadie lo sucedido.
La víctima también refirió que, anteriormente, en una reunión familiar de la que había participado “Pino”, al retirarse de la casa, el acusado pasó por su lado y le tocó la cola.
A partir del relato de la menor, su prima de 9 años también le contó a su madre (segunda denunciante) que Balascia una vez la había alzado, la había puesto sobre su falda y le había tocado la vagina.
A partir de estas denuncias se realizó un procedimiento en el domicilio del acusado, para detenerlo, y en una mesa de luz se encontró un arma de fuego tipo pistola, con seis cartuchos.
La jueza Carolina Sanguedolce, vocal interina de la Sala II, ordenó que Balascia continúe alojado en el anexo de la Alcaidía, en Cerrillos, y que se le brinde atención médica por las patologías que padece.
También dispuso que se le realice al condenado un examen genético (ADN) para su incorporación al Banco de Datos Genéticos, previa asignación del DUIG por el Registro provincial de condenados vinculados a delitos contra las personas y contra la integridad sexual.