La fiscal penal Verónica Simesen de Bielke representó al Ministerio Público Fiscal en la audiencia de debate en la que el juez de la Sala I del Tribunal de Juicio, Martín Pérez, condenó a un hombre de 47 años, a la pena de cinco años y cinco meses de prisión efectiva, por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, por la duración y circunstancias de su realización, agravado por la guarda y en perjuicio de una menor.
La intervención de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual se produjo tras la denuncia radicada el 30 de agosto de 2017 por la madre de la víctima, de 12 años en ese momento. La denunciante sostuvo que el día anterior recibió el llamado telefónico de la psicóloga del instituto parroquial al que la niña asistía, para citarla a una reunión urgente.
Una vez en el establecimiento educativo, la profesional se refirió a un episodio entre compañeros, pero que había algo más que la denunciante debía saber y que su hija había logrado expresar después de mucho tiempo.
En esa circunstancia, con la contención de la psicóloga y después de expresar sus temores para hablar, la menor víctima relató que cuando vivía con su madre en General Güemes, el acusado la sometió a tocamientos y que no pudo contar sobre lo sucedido porque también la había amenazado.
Debido a la angustia de la denunciante y de la menor, la reunión se dio por terminada. Madre e hija pudieron continuar el diálogo en su vivienda, donde la menor precisó que se trató de diversos abusos y que todos ocurrieron en General Güemes, en 2015 cuando la madre, por motivos laborales, debía dejar a la menor al cuidado de su pareja, con quien mantuvo un noviazgo durante algunos meses.