Se requirió juicio para tres jóvenes que en mayo de este año, atacaron a un joven en la zona del Portezuelo de la ciudad de Salta, provocándole serias lesiones, por lo que debió ser intervenido quirúrgicamente.
El fiscal penal 2 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Ramiro Ramos Ossorio, requirió juicio ante el Juzgado de Garantías 1 para Rodrigo Cristian Subelza y José Luis Subelza por el delito de tentativa de homicidio calificado por la participación premeditada de dos o más personas y la participación de un menor en perjuicio de Julio Agustín Pachado y contra un menor de edad, por el delito de tentativa de homicidio calificado por la participación premeditada de dos o más personas.
Solicitó además el sobreseimiento de José Luis Fernando Di Primo, quien también se encontraba imputado en la causa y pudo comprobarse que no se encontraba en el lugar.
El hecho investigado ocurrió el 16 de mayo de 2019 en el acceso en la ciudad de Salta, cuando dos hermanos y su grupo de amigos caminaban por avenida Asunción y fueron interceptados por un automóvil, de donde descendieron los acusados, que sin motivo aparente, comenzaron a agredir a uno de los hermanos con golpes de puños, elementos contundentes y patadas en todo el cuerpo.
Ante esto, se produzco una gresca entre el grupo que caminaba y el que descendió de vehículo. Luego, sin dar intervención a la Policía, se retiraron a sus hogares.
Al día siguiente, Julio Agustín Subelza comenzó a sentirse mal y fue trasladado al hospital San Bernardo, donde debió ser intervenido quirúrgicamente y se determinó que corrió riesgo de vida.
A partir del trabajo investigativo desplegado, se pudo identificar a los atacantes y fueron imputados.
En sus fundamentos, Ramos Ossorio sostiene que se verifica que los imputados estaban determinados a matar a Julio Agustín Pachado, quien primeramente fue agredido verbalmente por los imputados y cuando se disponía a retirarse del lugar, fue golpeado con una botella de vidrio en la cabeza lado izquierdo, lo que provocó que éste cayera sobre la cinta asfáltica y se golpeara la cabeza en su lado derecho contra el cordón de la vereda. Allí los agresores comenzaron a propinarle puntapiés por diversas partes del cuerpo incluso en la cabeza, siendo la misma, una zona vital por excelencia. Dejándolo así en un estado total de indefensión debido a la superación en la cantidad.