El hecho sucedió en septiembre pasado, cuando una mujer denunció que su vecino abusó sexualmente de ella durante una sesión de masajes de masoterapia, al cual acudió en calidad de modelo y porque era gratis.
El fiscal Penal 2 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS), Rodrigo González Miralpeix, requirió al Juzgado de Garantías 4 la elevación a juicio de la causa en la que un hombre de 28 años fue imputado por el delito de abuso sexual con acceso carnal.
Las actuaciones se iniciaron cuando la víctima, vecina del hombre, denunció en septiembre pasado que concurrió a su casa para realizar una sesión como modelo de masajes de masoterapia y que, mientras realizaba la práctica, el acusado la sometió a tocamientos y la accedió carnalmente pese a su negativa.
Luego de realizar la investigación, y basándose en la declaración de la víctima, testigos, el informe de biología molecular del CIF que da cuenta del material genético masculino presente en las muestras de hisopado perteneciente a la damnificada, González Miralpleix consideró que existen pruebas suficientes para solicitar que el acusado sea juzgado.
En su requerimiento, el fiscal Penal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual recordó que "no hay que olvidar que los delitos de abuso sexual se consuman en un marco de privacidad que conspira habitualmente para la incorporación de elementos probatorios, por ello el testimonio de la víctima adquiere plena prueba al no advertir interés y odio tendiente a perjudicar al imputado".
Abuelo condenado
La jueza Paola Marocco condenó a un abuelo por el abuso sexual de sus nietos y ordenó su trasladado a la Unidad Carcelaria 1. El sujeto fue considerado autor penal y materialmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la guarda, por el vínculo y por ser cometido contra una menor de dieciocho años aprovechando la situación de convivencia preexistente en perjuicio de un menor; y por el delito de abuso sexual simple agravado por el vínculo.
El imputado fue denunciado por las madres del niño y la niña damnificados. La primera denunciante refirió que en abril del año pasado su hijo le contó que su abuelo le había tocado la cola. En ese momento, ambos residían en el mismo inmueble con el acusado. Al enterarse de esto, ella le reclamó a su padre, pero él se negó y se retiró de la vivienda.
A partir de este suceso, la madre de otra nieta del imputado le preguntó a su hija si su abuelo le había hecho algo y la menor le respondió que también la había tocada en sus partes íntimas. La jueza ordenó que se le realice al imputado un examen genético (ADN) para su incorporación al Banco de Datos Genéticos, previa asignación del DUIG por el Registro provincial de condenados vinculados a delitos contra las personas y contra la integridad sexual.