En la zona del Mercado Artesanal, un joven de 24 años atacó salvajemente a una mujer para robarle la camioneta que conducía.
Fue demorado por los vecinos hasta que llegó la Policía y tras ser detenido a las horas quedó libre y ahora amenaza a la víctima y a su familia.
Por las agresiones, la mujer quedó con esguince de muñeca derecha, hematomas en la parte superior de su cuerpo del lado derecho, que incluye el pómulo, traumatismo encéfalo craneano y síndrome vertiginoso.
Lizi Mejías contó a Nuevo Diario que el sábado por la noche previo al día de la madre, decidió salir a comprar y al regresar, cuando estacionaba su camioneta, el agresor ingresó por la parte trasera del vehículo y la tomó del cuello hasta asfixiarla. "Saltó al asiento de adelante y con la mano izquierda me tapó la boca y la nariz que no me dejaba respirar. Él me decía que no grite, pero no se daba cuenta que no me dejaba respirar. Y con la mano derecha me daba piñas en la cabeza y en el resto del cuerpo", detalló la mujer.
"Vi todo negro y no me entraba el aire, pero por el instinto de supervivencia abrí la puerta y me tiré al pavimento. El peso de quien me golpeaba me ayudó a caer. Y ahí pude gritar y pedir ayuda. Mi hijo menor estaba en casa al ver que no entraba decidió salir para ayudarme con las compras y al ver lo que ocurría me lo sacó de encima", relató.
Un remisero que circulaba por la cuadra se detuvo y ayudó a reducir al agresor. "Con los gritos comenzaron a salir los vecinos que ayudaron a tenerlo sobre el asfalto hasta que llegó el 911. En todo ese tiempo no dejó de amenazarnos. Nos decía que iba a volver con su banda de Palermo y que nos iba a matar a todos y que sabía quiénes éramos", agregó.
Tanto su hijo, como su hermana hicieron denuncias en la comisaría 8ª por amenazas y por las agresiones. Luego de ser atendida por el Samec, Mejías se dirigió a la comisaría para radicar denuncia y ahí se entera que su agresor ya estaba libre, según le dijeron "porque no tenía antecedentes".
Al denunciar el hecho, desde la Fiscalía 5, que había ordenado la liberación del joven, se dispuso una consigna policial para ella.
Amenazas
"Cuando contrato un abogado para seguir con el caso nos damos con que él tiene un montón de denuncias. Tuve que gastar lo que no tengo para enrejar la casa y encerrarme mientras el agresor está afuera. Tengo miedo que vuelva y cumpla con las amenazas. Después que publiqué su foto y su nombre en las redes sociales, la familia comenzó a hacer comentarios amenazantes a mi familia que compartió el posteo", indicó.
Mejía logró fotografiar al agresor cuando era trasladado a la comisaría.
"No entiendo, si realmente hubiera querido robarme la camioneta, me saca las llaves y se va. No había necesidad de tanta violencia",
disparó. Mejía contó que vive con temor a que cuando se le levante la consigna policial, su agresor o su familia intenten agredirla de nuevo.
“Están molestos porque si bien la justicia no hizo nada por dejarlo preso, la gente ya sabe quién es y que se dedica a golpear mujeres para poder robarles”, agregó.