En el Salón de Grandes Juicio se reanudó hoy la audiencia de debate por el crimen de Jimena Salas, ocurrido en Vaqueros en 2017.
Sergio Horacio Vargas está imputado como partícipe secundario de homicidio triplemente calificado por ser cometido con alevosía y ensañamiento y por precio o promesa remuneratoria. Nicolás Federico Cajal Gauffín, viudo de la víctima, está acusado por encubrimiento agravado.
Entre otros testigos, hoy declararon familiares de Vargas y de Cajal Gauffín. También comparecieron una vecina de barrio San Nicolás, tres peritos del CIF y una agente sanitaria que trabajaba en el centro de salud de Vaqueros.
La exconcubina de Sergio Vargas declaró que se separó del imputado en 2011 o 2012. Precisó que, por problemas de violencia, el imputado tenía una perimetral que le impedía acercarse a ella. Refirió que una vez la quiso ahorcar y sacó un cuchillo hechizo con el que la amenazó, diciéndole que se iba a ir a Buenos Aires con el hijo que tenían en común. Le advirtió que conocía gente que podía hacerle un DNI falso.
La testigo contó que cuando conoció a Vargas trabajaba de gasista, después nunca más le aclaró a qué se dedicaba y siempre le mintió. Precisó que en ningún momento lo vio hacer artesanías y no supo que él tuviera un puesto en algún mercado. Aclaró que algunos familiares suyos le comentaron que lo habían visto vendiendo medias en la peatonal. Luego, en 2018, cuando ya estaban separados, el imputado le manifestó que se dedicaba a vender ropa con su nueva pareja.
Acerca de la rutina de Vargas mientras convivían, la testigo señaló que solía salir muy temprano y volvía de noche. Dijo que siempre llevaba un bolsito con ropa y un arma blanca. También refirió que le encontró varios chips de celular. La mujer indicó que a veces veía a Vargas con mucho dinero, pero a ella nunca le dejaba nada.
Durante la mañana también declaró el hijo de la testigo anterior. Precisó que Vargas fue pareja de su madre y que tuvieron un hijo en común. Dijo que no era buena persona y que él nunca estuvo de acuerdo con la relación porque la hacía sufrir a su madre. El joven contó que en algunas oportunidades trabajó con Vargas y con otros parientes en obras de construcción. Y recordó un episodio ocurrido en casa de Vargas, cuando ya vivía con su nueva pareja. Manifestó que vio al acusado manipular fajos de dinero que había sacado de una mochila negra, algo vieja. El testigo no pudo precisar la fecha de este hecho.
También declaró un primo hermano de Cajal Gauffín. Sostuvo que el imputado tenía una relación normal con Jimena Salas, como cualquier pareja. Y que nunca presenció ninguna discusión o escena conflictiva entre ambos.
Consultado acerca del destino del cuerpo de la víctima, el testigo afirmó que se enteraron de la cremación cuando ya había sucedido. Sostuvo que la decisión tomada por la familia no le llamó la atención puesto que se había tratado de un crimen.
El testigo también fue consultado acerca de un sujeto que se contactó con él y con el imputado Cajal Gauffín, aduciendo tener datos de los posibles autores del homicidio. Durante la audiencia señaló que su primo le respondía entonces que todo lo que aportaba este sujeto ya estaba siendo investigado. En una declaración brindada en sede de fiscalía en 2019, el testigo había indicado que la información que les acercaba este hombre, a Cajal Gauffín no le interesaba.
Otro dato contrastante fue el referido a las líneas telefónicas que manejaba Cajal Gauffín en 2017. Su primo indicó en la audiencia que le conocía un solo número. En una declaración brindada en la etapa investigativa había asegurado que sabía de dos líneas, una con característica de Salta y otra de Buenos Aires.
Un perito de la Unidad Especial de Investigación del CIF hizo referencia a una serie de informes obtenidos del análisis de las líneas telefónicas de Vargas. Refirió que el imputado tenía varias líneas de la empresa Personal a su nombre. Esto fue corroborado por la empresa Facebook, aplicación donde Vargas se creó perfiles utilizando estas líneas.
El perito precisó que del análisis integral de los datos obtenidos se puede concluir que existe un patrón destinado a evitar la ubicación telefónica en un lugar, debido a que la línea de Vargas pierde operatividad durante toda la mañana del 27 de enero de 2017. Indicó que se detectó un vacío de actividad de 8 a 15. La línea se vuelve a activar en una antena ubicada en zona sur, cerca de barrio San Benito.
Sobre la utilización de la línea en la zona de Vaqueros, precisó que se registró un solo impacto en una antena de la zona, el 4 de enero de 2017, a las 14.42.
Está previsto que el juicio se extienda hasta el 21 de mayo. Está a cargo de los jueces de la Sala VII, Francisco Mascarello, Federico Diez y Federico Armiñana Dohorman (interino).
Cajal Gauffin y Vargas fueron imputados por el hecho sucedido el 27 de enero de 2017, cuando se encontró el cuerpo sin vida de Jimena Salas en el piso de la cocina comedor de su vivienda, ubicada en la localidad de Vaqueros.