En agosto del año pasado, José Luis Reyes (40) entró de repente a la Comisaría Quinta de la ciudad de Salta y golpeó una mesa, ofuscado, profiriendo insultos y amenazas. “Voy a romper los vidrios. Ya van a ver. Ustedes me conocen y saben que rompo vidrios y que soy capaz de todo. Los voy a matar a todos cuando los vea”, gritaba mientras los efectivos presentes en la dependencia trataban de calmarlo. En un momento colocó las manos en los bolsillos, insinuando que podía sacar algún elemento punzante, e intentó retirarse de la comisaría, empujando y lanzando golpes al personal policial. En medio del forcejeo, el imputado golpeó en el rostro al jefe de guardia, quien cayó al suelo, inconsciente.
Reyes aprovechó la oportunidad para darse a la fuga. Corrió por la vía pública, arrojando objetos contundentes a los oficiales que intentaban alcanzarlo. Finalmente, fue reducido y detenido en calle Maipú al 50.
Por otro lado, Reyes fue denunciado por un incidente ocurrido en calle Aniceto Latorre al 1500 e Ibazeta. Esa tarde, el acusado arrojó un elemento contundente contra el parabrisas de un camión, provocando la rotura del vidrio y causándole lesiones en el brazo al acompañante del chofer. Los damnificados lograron observar que el agresor huía por calle Ibazeta, hacia el sur, golpeando con un machete los vehículos estacionados.
A raíz de estos hechos, José Luis Reyes fue juzgado ayer en un procedimiento abreviado llevado a cabo en la Sala II del Tribunal de Juicio en feria. La jueza María Victoria Montoya Quiroga condenó al imputado a la pena de seis meses de prisión efectiva por los delitos de atentado a la autoridad en concurso ideal con lesiones leves agravadas por tratarse de un funcionario policial, amenazas, daños, agresión con arma impropia, todo ello en concurso real. La magistrada revocó la condicionalidad de una condena dictada anteriormente contra Reyes por la Sala III y unificó ambas penas en el monto de un año y seis meses de prisión efectiva.