Destrozaron nichos y se robaron algunos objetos de bronce para reducirlos en el mercado negro. Los vecinos piden mayor seguridad en el camposanto.
La recurrencia de los robos que se producen en el cementerio Cristo de Rey de la ciudad de General Güemes sigue siendo una gran preocupación para los funcionarios municipales, pero sigue sin solución.
Se trata de una problemática que pareciera no contar con una solución a corto plazo, dado que una solución de fondo requiere de una gran inversión, consistente en levantar una enorme tapia.
Pero al no ser una prioridad en cuanto a los problemas que afectan a la ciudad, esa solución sigue siendo dilatada por las autoridades transformándose en una pesada herencia que pasa de una gestión a otra.
Las denuncias por robos y saqueos a mausoleos y nichos por parte de familiares de personas fallecidas cuyos restos reposan en la necrópolis son muy frecuentes desde hace ya varios años.
Muchos deudos ya no residen en la ciudad de Güemes y vienen de visita en forma esporádica, solo para dejar una flor y una oración a sus seres queridos. La sorpresa desagradable que los recibe es ver el daño ocasionado por vándalos al lugar de reposo de sus familiares fallecidos, lo que se transforma en bronca e impotencia.
El último de estos saqueos fue denunciado por la señora Ely Sánchez, quien el pasado viernes se acercó hasta el nicho donde descansan sus abuelos y una tía, para dejar un ramo de flores.
Los destrozos incluyeron de ónix y placas recordatorias.
Muchas cosas tiradas
Al llegar a la avenida interna del cementerio pudo ver cosas tiradas a lo largo de esta calle. "Eran placas, floreros, rejas rotas, además de otros elementos que los familiares dejan para identificar y ofrendar a sus seres queridos. Muchos nichos fueron violentados, entre ellos el de mi familia", se lamentó Sánchez, quien se mostró muy dolida por la triste imagen que presentaba todo el lugar.
"Una amiga me informó por medio de un mensaje, con imágenes, de lo que habían hecho con el nicho de mis abuelos. Estaba todo destrozado, todo roto; me acerqué y pude ver cómo ese trabajo que mi abuelo realizó en vida para toda la familia fue destruido. Se robaron placas, rompieron la puerta, los vidrios, se llevaron algunas cosas de valor que había adentro. Pero lo peor y lo que más me duele es que juegan con los sentimientos, porque más allá de las cosas materiales, que se pueden reponer, se trata de cosas que tienen años y están cargadas de recuerdos", detalló la mujer.
Varios de los nichos que sufrieron destrozos
En el medio y a la vista de todos los que pasan
Los malvivientes actúan seguros de no ser encontrados.
El sector del saqueo en esta oportunidad fue una de las calles internas principales y más visibles. “No es en el fondo o en un lugar poco visible; lo que pasa es que no hay un cuidador a pesar de que pagamos los impuestos y todo lo que se debe pagar, creo que por lo menos deberían habernos avisado”, insistió Sánchez.
Según lo informado por la denunciante, el robo se produjo en los últimos 4 días. “Nosotros venimos todos los domingos al cementerio, este último fin de semana estaba todo bien. Lo que pido, además de seguridad, es que nos avisen cuando algo así pase, al menos 10 nichos sufrieron el mismo daño y estoy segura que el resto de las familias no saben nada. Hay muchas cosas tiradas que no son nuestras y no quise levantar nada porque no sé cómo se debe actuar en estos casos. Me dio pena ver todo eso, muchas cosas tiradas y rotas”, finalizó Ely Sánchez.
La mujer realizó un pedido a los que tengan familiares en el cementerio, que se acerquen para saber si no fueron víctimas de robos, porque es posible que no sean informados por los responsables. Desde el Ejecutivo dijeron que van a trabajar en la implementación de una sistema de vigilancia.
Seguridad inexistente
El camposanto posee un predio de más de una manzana, tiene un tapiado perimetral en el frente y los laterales, pero en el fondo solo hay un cerco de alambre en muy mal estado. El personal municipal se retira en horas de la tarde y no hay sereno, por lo que muchas personas, en su mayoría jóvenes, ingresan a su antojo y roban en nichos y mausoleos para obtener objetos con cierto valor comercial.