El mandatario fustigó al Tribunal Superior Electoral (TSE) y dijo que las urnas electrónicas "no son confiables" y tomó la bandera del voto impreso acompañando la urna.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reconoció este jueves que no tiene pruebas, pero sí "indicios" de que existe fraude con las urnas electrónicas que lo consagraron en 2018 y advirtió que podrá no reconocer los resultados de las elecciones de 2022 en caso de que no se cambie el sistema electoral como él quiere.
"No tengo pruebas, no hay cómo comprobar que las elecciones fueron defraudadas, pero sí tenemos fuertes indicios; no entiendo por qué no quieren el voto auditable, el voto democrático. ¿De qué tienen miedo?", dijo Bolsonaro, exaltado, con su popularidad cayendo en las encuestas, que dan ganador al opositor Luiz Inácio Lula da SIlva.
El capitán retirado del Ejército y líder ultraderechista hizo una transmisión en vivo por Facebook con un ingeniero informático, mostrando imágenes de supuestos problemas en las elecciones de 2014 y 2018.
Bolsonaro tomó la bandera del voto impreso acompañando la urna electrónica, un proyecto de ley que está trabado en el Congreso y que rechaza tanto la justicia electoral como la mayor parte de los partidos, incluidos los oficialistas.
El mandatario fustigó al Tribunal Superior Electoral (TSE) y dijo que las urnas electrónicas "no son confiables", por lo que quienes pierdan la elección de octubre de 2022 podrán hacer presentaciones no reconociendo los resultados.
"Vamos a suponer que no reconocemos las elecciones, acudimos al tribunal y el mismo tribunal es el que soltó a Lula para disputar la elección", afirmó Bolsonaro, quien agitó el fantasma del fraude y también del "comunismo".
En ese marco, puso de ejemplo nuevamente la decisión del presidente Alberto Fernández de suspender por un mes la exportación de carnes con el objetivo de reducir la presión sobre los precios internos.
"Hubo una interferencia directa del presidente en los medios de producción", dijo, comparando esta situación a una posible victoria del expresidente Lula en las elecciones del próximo año.
Bolsonaro aclaró varias veces que no tiene pruebas y sí indicios de lo que denuncia, y que la Justicia electoral es la que debe tener pruebas de que las urnas electrónicas son seguras.
Bolsonaro, aliado del expresidente Donald Trump, fue uno de los gobernantes que más tarde reconocieron la elección del mandatario estadounidense Joe Biden.
El jefe del Estado brasileño dijo que tenía pruebas y relatos de que Trump había vencido las elecciones, algo que nunca fue comprobado.
"No dejemos que asuman personas sin amor a su bandera, que no respetan a la familia, que no tienen a Dios en el corazón, que quieren enseñar cosas en la escuela que sus padres no quieren que aprendan en la escuela", afirmó.
Bolsonaro sostiene que hubo fraude en la elección de 2014 y que en 2018 él debió vencer en primera vuelta y no con balotaje.
Según el presidente, existe una "sala oscura" en el Tribunal Superior Electoral para "maniobrar" los resultados de las elecciones, una versión no avalada ni por aliados de Bolsonaro en el Congreso.