La nueva hipótesis de la Guardia Civil sostiene que el hombre tiró su celular al agua y luego siguió navegando. El buque modificó el área de búsqueda.
El crimen de Tenerife sigue siendo un misterio: se desconoce el paradero de Tomás Gimeno, el hombre detrás del horror, y de Anna, la más pequeña de sus hijas. Sin embargo, una nueva hipótesis podría significar un giro en la investigación.
La Guardia Civil, a cargo de la búsqueda del hombre y la beba de un año, cree que Gimeno pudo haber tirado su teléfono celular al agua y luego siguió navegando. Ante esta nueva pista, las autoridades modificaron el área de búsqueda del buque del Instituto Español de Oceanografía “Ángeles Alvariño”, que se ocupa de los rastrillajes.
El equipo de rescate está utilizando un robot marino para intentar localizar el cuerpo de Anna y el de su padre. Por estas horas, los movimientos del busque abocado a la búsqueda son guiados por las señales de geolocalización del móvil de Gimeno, según informó 20 Minutos.
Otro medio español dio crédito a la información y apuntó que en las últimas horas el “Ángeles Alvariño” se desplazó más hacia el sur, a la vez realiza las tareas de rastrillaje a unos 9,5 kilómetros de la costa. “Se ha ampliado la búsqueda del cuerpo de Tomás Gimeno sobre la hipótesis de que arrojase el teléfono al agua y él se lanzase después”, agregó La Sexta.
Olivia, de 6 años, apareció muerta en el mar el 11 de junio. Ese día se fortaleció la hipótesis de que el padre, de 37 años, arrojó a las dos nenas al mar atadas a un ancla: también se encontró una bolsa vacía que, según se cree, podría haber sido utilizada por el hombre para lanzar a Anna.
La autopsia determinó La hija mayor de Gimeno murió a causa de un edema pulmonar agudo.
El caso que conmueve a España
Gimeno fue visto por última vez en la marina de Santa Cruz de Tenerife, la más grande de las Islas Canarias, cuando cargó su lancha con varias bolsas y zarpó. La escena fue registrada por cámaras de seguridad.
Aquel 27 de abril, Gimeno se llevó a Olivia y a Anna y pactó con su madre, Beatriz Zimmerman, devolverlas a las 21. Nunca volvió.
Al día siguiente, la embarcación del hombre fue localizada vacía, a la deriva y sin ancla enfrente del Puertito de Güímar, en Tenerife, frente a África Occidental. Allí se iniciaron los operativos de búsqueda.
Luego de nueve días de infructuosos rastrillajes, Interpol emitió una llamada “notificación amarilla” por Olivia y Anna. La mayor organización de policía internacional suele recurrir a este procedimiento para ayudar a localizar a personas desaparecidas, mayormente menores de edad, o contribuir a identificar a personas que no pueden revelar su identidad por sí mismas.