Las autoridades califican como un “tsunami” a la nueva ola del coronavirus. En Nueva Delhi, 20 pacientes con COVID murieron cuando se agotó el suministro de respiración.
Enfermos de coronavirus rechazados en la puerta de los hospitales, pasillos saturados de contagiados que tienen que compartir entre varias personas una camilla, pacientes que mueren por escasez de oxígeno y morgues saturadas, estas son algunas de las dramáticas escenas que se viven en los centros sanitarios en Nueva Delhi.
La segunda ola del coronavirus causó un incremento significativo y exponencial de la ocupación de camas de terapia intensiva y del consumo de oxígeno. La demanda del gas es tan alta que las autoridades indias no pueden abastecer a tiempo a los depósitos. Una muestra del preocupante faltante se dio en el hospital Jaipur Golden donde veinte pacientes de coronavirus murieron cuando se agotó el suministro de oxígeno.
Ante la preocupante situación, se repiten los pedidos de auxilio de los centros hospitalarios: “Ayuda urgente. Tenemos menos de 2 horas de suministro de oxígeno en Moolchand Hospital. Estamos desesperados”, decía el comunicado de una cadena de clínicas privadas. Max, otra red de hospitales también informaba su estado: “Tenemos suministros de oxígeno para menos de una hora”
Según el Gobierno de la capital, la ciudad está recibiendo cien toneladas métricas del gas por debajo de la demanda actual. Es por esto que los funcionarios de Nueva Delhi pidieron al Gobierno nacional que acelere el suministro para evitar una tragedia. Sin embargo, advirtieron que la escasez no se debe solo a la falta de entregas, también afecta la poca cantidad de tanques que almacenan el oxígeno que hay instalados.
Las cifras de contagios y muertes por COVID-19 que se registran a diario en la India superan todos los records registrados a lo largo de la pandemia: en las últimas 24 horas hubo 346.786 contagios y 2634 muertes. Estas cifras representan más del doble de casos y fallecidos que había diariamente durante el pico de la primera ola.
A raíz de los nuevos reportes, la nueva ola del coronavirus fue descrita por las autoridades sanitarias indias como un “tsunami” y adjudican la tasa exponencial de contagios de COVID-19 al relajamiento de las medidas de prevención por parte de la población y del gobierno. Además, la aparición de una variante en el gigante asíatico, conocida como B.1.617, podría estar jugando un rol fundamental en la nueva dinámica epidemiológica: sería más contagiosa por su doble mutación.
La comunidad internacional está comenzando a reaccionar y a blindarse contra la propagación de la variante india y países como Canadá, Francia y Emiratos Árabes Unidos endurecieron sus controles a los viajeros indios o incluso suspendieron sus vuelos con el gigante asíatico.
A partir de mañana, Alemania también se sumará a la lista de los que prohíben las conexiones aéreas. Pero la mutación india ya fue detectada en Europa por Suiza y República Checa, quienes anunciaron hoy la presencia de casos de la variante del coronavirus B.1.617.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) está analizando el aumento de casos de coronavirus en la India y su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se mostró “profundamente preocupado”. Asimismo, aseguró que “harán todo lo posible para salvar el mayor número de vidas que se pueda”.
La India es el mayor productor mundial de vacunas y antes de la segunda ola había fomentado la donación de inmunizantes contra el coronavirus. Ese acto de solidaridad quedó en pausa cuando el Presidente Narendra Modi prohibió la exportación de las dosis y de medicamentos cuando la segunda ola que hoy causa el colapso sanitario recién empezaba.
Lamentablemente, la bautizada “mayor campaña de vacunación del mundo”, que lleva aplicadas hasta el momento 135 millones de dosis, no logró contrarestar el avance de los nuevos contagios. Las autoridades sanitarias indias esperan que en las próximas 2 a 3 semanas se alcance el nuevo pico de infecciones.