Un artefacto explosivo estalló cerca de un centro de diagnóstico de COVID-19 en la localidad holandesa de Bovenkarpsel, informó la policía, aclarando que no hubo heridos.
"Un explosivo estalló a las 06H55 (locales) cerca del centro de diagnóstico del servicio local de salud pública en Bovenkarspel. Las ventanas quedaron destruidas, no se informó de ningún herido. La policía está investigando. La zona ha sido acordonada", confirmó la policía en un comunicado.
Los artificieros fueron desplegados en el lugar para determinar si todavía había algún tipo de material explosivo, según la televisión pública NOS.
El ministro de Sanidad holandés, Hugo de Jonge, condenó el incidente. "Durante más de un año, hemos confiado mucho en las personas que están en primera línea y ahora esto. Una locura", tuiteó. El departamento de salud pública holandés (GGD) condenó este "cobarde acto de destrucción", "agresivo e intimidatorio", y llamó a que su personal pueda trabajar "con seguridad".
"No podemos decir todavía nada sobre los motivaciones", dijo a la AFP Menno Hartenberg, portavoz de la policía de la provincia de Holanda Septentrional. El artefacto, "un objeto metálico entre un tubo y una lata (...) se colocó ahí y estalló cerca de la fachada del centro de diagnóstico", explicó.
Bovenkarpsel se sitúa en una zona de Holanda que sufre actualmente uno de los brotes más graves del país, con 81 contagios por cada 100.000 habitantes, frente a una media nacional de 27,2, según NOS.
Otra explosión y disturbios en enero
El pasado mes de enero, cuando entró en vigor en el país un toque de queda para luchar contra el Covid-19, un centro de diagnóstico en el pueblo holandés de Urk, en la cercana provincia de Flevoland, resultó incendiado. Durante varios días, además, Holanda fue escenario de una impresionante ola de protestas y disturbios, los mayores en el país desde hacía varias décadas.
El llamado "Cinturón de la Biblia" holandés, en el centro de Holanda y que incluye Urk, registra una larga tradición antivacunas entre los protestantes conservadores. Los disturbios, que se originaron allí, enfrentaron a agentes antidisturbios con grupos de manifestantes en Ámsterdam y en otras ciudades como Róterdam, donde hubo saqueos. Y decenas de personas fueron detenidas.
El toque de queda, en vigor de 21:00 a 04:30 hasta el 15 de marzo como mínimo, es el primero en este reino europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Esta medida centró una batalla judicial iniciada por un grupo opuesto a las restricciones sanitarias, que obligó al gobierno a aprobar una nueva ley para mantenerla.
El caso llegó ante la justicia de manos del grupo Viruswaarheid (Verdad sobre el Virus), que organizó muchas manifestaciones en Holanda desde el inicio de la crisis. El profesor de danza Willem Engel, que se convirtió en uno de los opositores más influyentes a las medidas anticoronavirus, fundó el grupo que promueve además teorías complotistas sobre la pandemia.
El coronavirus mató a 15.649 personas en Holanda, país de unos 17 millones de habitantes. Desde el inicio de la campaña de vacunación en enero, se administraron más de 1,3 millones de dosis, según el gobierno.