Cuando comenzaban a tomar fuerza las versiones de un cambio de sede para la final de la Copa Libertadores, el Gobierno chileno ratificó este miércoles la "firme voluntad" de que el encuentro entre River y Flamengo se dispute en el sábado 23 de noviembre en el estadio Nacional de Santiago, tal como está previsto.
La ratificación surgió de la boca de Cecilia Pérez, flamante ministra de deportes y ex vocera del presidente Sebastián Piñera, que confirmó el compromiso del mandatario para que el encuentro se lleve a cabo tal como está previsto, pese a los conflictos sociales que atraviesa el país trasandino.
"Recibí el llamado del presidente de Conmebol y le he ratificado a nombre del presidente Piñera, nuestra firme voluntad y compromiso de realizar la final de la Copa Libertadores en nuestro país", declaró la secretaria de Estado en una rueda de prensa. Del mismo modo, Pérez explicó que su cartera se encuentra trabajando conjuntamente con el Ministerio de Interior, para coordinar la seguridad para el acontecimiento. "Es una de las tantas fiestas que le hace bien al país, y vamos a estar trabajando en conjunto con el Ministerio del Interior, y vamos a tener conversaciones permanentes con Conmebol, para llevar a cabo esta final de Copa Libertadores", declaró Pérez.
La Conmebol, que había solicitado una reunión con el presidente para tener certezas de la situación, se mostró complacida con la respuesta que recibió por parte del Gobierno chileno. "Desde Conmebol agradecemos el compromiso mostrado por el Gobierno de Chile para garantizar las condiciones de seguridad para la celebración de la Final de la Libertadores. La final es la celebración del fútbol con y para el pueblo chileno. Seguimos avanzando", publicó el organismo en su cuenta de Twitter.
Respecto a la incertidumbre que existe para celebrar el evento por el estallido social en Chile, la ministra sólo chileno apuntó a que todavía restan más de tres semanas para el partido. "Quedan días para hacer esta final y tenemos que hacerlo entre todos juntos", indicó Pérez, que confió en que no haya problemas pese al estallido que se vive en el país.
"El deporte une y van a estar todas las voluntades para poder acoger este evento internacional tan importante y lo que nos compete es hacer todas las coordinaciones en materia de seguridad", completó la funcionaria.
La final entre River y Flamengo está prevista para el sábado 23 de febrero en el estadio Nacional de Santiago, pero en los últimos días creció la versión de que el partido se podía mudar a Asunción por los conflictos sociales que se viven en Chile desde hace dos semanas.