Nacido en octubre de 2002 en Guinea-Bissau, pasó por las Inferiores del Sevilla y llegó a La Masía a los 10 años. En su primer contrato, el club catalán le puso una cláusula de 400 millones de euros.
Ansu Fati es apenas un adolescente pero su vida ya tiene material como para un libro. Nacido en África, migrante en España, criado “a la comunista”, con Inferiores en Sevilla y La Masía, aparición estelar en la Liga, goleador más joven del Barcelona y de la Roja, cláusula millonaria… El próximo capítulo, quién dice, puede ser el del triplete más joven en La Liga: su última oportunidad será el jueves, ante Celta de Vigo, cuando tenga 17 años y 336 días.
Nacido en Guinea-Bissau el 31 de octubre de 2002, cuando tenía seis años se mudó con su familia a la Sierra Sur de Sevilla . Vivía en Herrera, una población de unos seis mil habitantes situada a una hora de Sevilla, y allí jugaba al fútbol en la Escuela Peloteros, donde le hicieron su primera ficha como jugador en diciembre de 2009. Su padre Bori, que había sido futbolista en su país, trabajaba en Marinaleda, un pueblo que forma parte de la Red de Municipios por la Tercera República y su alcalde desde 1979, Juan Manuel Sánchez Gordillo, se declara abiertamente comunista. Él mismo fue quien ayudó a los Fati a regularizar su situación y quien pagó los pasajes para que toda su familia pudiera viajar a Marinaleda.
La calidad de Ansu no pasó desapercibida para Sevilla, que lo incorporó a sus divisiones inferiores. Sin embargo, allí duró apenas un año: su nuevo destino fue La Masía. Para ello, tuvo que descartar otras ofertas -incluso más jugosas- de clubes como Real Madrid, Betis y Zaragoza. Al enterarse que el atacante iba a marcharse, Sevilla lo “colgó”, por lo que tuvo que recalar en la peña madridista Sextacampeones de Herrera.
En Barcelona comenzó a jugar en el Alevín A y, a pesar de ser más chico que sus compañeros, se destacó en una dupla letal con Take Kubo, el japonés del Real Madrid: marcaron 56 y 73 goles, respectivamente. Hasta entonces, como centrodelantero. Pero poco a poco comenzó a correrse hacia la banda izquierda.
Su ascenso hasta el primer equipo del Barcelona tuvo varios problemas inesperados. Primero hubo una sanción de la FIFA, después un asunto burocrático (no podía jugar en el Juvenil B por ser menor de quince años) y, lo más importante, una fractura de tibia y peroné sufrida en un clásico ante el Espanyol que lo tuvo muchos meses sin jugar.
Ansu pasó por el Juvenil A, se destacó en la pretemporada en el Barça B y rápidamente saltó al Camp Nou. Entonces, varios clubes de Europa se interesaron en él. Y Barcelona, atento a esta situación, le ofreció su primer contrato. Según la prensa española, fue Rodrigo Messi, hermano de Lionel y representante, quien cerró los detalles del vínculo que tuvo una cláusula de 170 millones y que luego, con el futbolista en el primer equipo, pasó a 400. Luego, el futbolista cambió de agente a Jorge Mendes, el mismo de Cristiano Ronaldo.
Ronald Koeman ya había avisado que Ansu Fati iba a ser importante para el equipo. Mientras otras joyitas del club tendrían que buscar continuidad en otros clubes, el delantero arrancó la temporada de La Liga como titular y se devolvió la confianza del DT con dos goles. En un plantel con figuras de renombre mundial en el ataque, Ansu parece dispuesto a quedarse entre los once y ser el nuevo gran socio de Messi.