En un partido muy cambiante el equipo de Gallardo no ligó y, con dos goles en contra de Enzo Pérez y Angileri, terminó 2-2 en Brasil. Igual, dio una buena imagen tras seis meses sin acción.
River tuvo esta noche en Brasil un auspicioso reencuentro con la Copa Libertadores 2020, tras seis meses de inactividad. Si bien no pudo acompañarlo con una victoria que tuvo muy cerca, el 2-2 con San Pablo lo mostró a la altura de un equipo con rodaje sin decaer en ningún momento del encuentro, y el punto de visitante en el Morumbí definitivamente sirve para las cuentas del Grupo D.
El arranque del encuentro no resultó auspicioso para el conjunto de Marcelo Gallardo, que se vio abajo muy pronto en una jugada desafortunada. Hernanes avisó primero con un disparo desde lejos que sacó Franco Armani y poco después, a los nueve minutos y tras un veloz avance, Reinaldo mandó un centro de pique desde la izquierda, la pelota le pegó a Enzo Pérez, al palo y dejó sin chances al uno millonario.
La desventaja pareció empujar a los argentinos por más protagonismo. Y esa falta de respeto al rival empezó a mostrar frutos en la ofensiva. Enseguida, Julián Álvarez exigió al arquero, y a los 17 llegó a la línea de fondo por derecha y envió el centro atrás que Rafael Santos Borré aprovechó para convertir en el empate cara a cara con Tiago Volpi.
Lo que siguió fue más de lucha que de juego, aunque en ese plan el Millonario se mostró también a la altura. Recién a los 35 llegó con claridad el local, también con un disparo de media distancia de Hernanes que se fue cerca. Y, en un ambiente de rispidez creciente, hubo un roce por una actitud de Borré en un pique y el descanso arrancó con tumulto.
Tras la reanudación, los anfitriones amenazaron primero con Igor Gomes, pero otra vez el desarrollo se mantuvo dentro de la lucha con escasas chances a la espera de un cierre que prometía más acción en las áreas. River no bajó los brazos y, a los 35, armó una gran combinación dentro del área cuando Lucas Martínez Quarta tocó para Álvarez, que de frente al arquero clavo un remate alto e inatajable para un 2-1 ideal para La Banda.
Pero, otra vez, poco después de un gol volvió a cambiar la cara del partido. A los 37, fue a fondo San Pablo, reinaldo exigió a Armani desde la izquierda y Fabricio Angileri se llevó puesto el rebote. Otro gol en contra para amargar la noche de Gallardo.
Así, no pudo evitarse que la sensación inmediata tras esa igualdad fuera la de estar perdiendo dos puntos. Incluso, cerca del cierre, Javier Pinola lo tuvo de cabeza pero el balón se le fue alto. Seguramente, el pitazo final y la caída de las revoluciones bien servirán para no mirar el empate con tan malos ojos. Ya habrá tiempo para sumar de a tres en lo que queda del grupo.