El capitán de Atalanta opinó que, por su nivel en los últimos años, debió haber jugado más partidos. Además, aseguró que "prefiero dejar una huella en un club chico antes que ser uno más en uno grande".
Alejandro Gómez es una de las figuras y el capitán de Atalanta, el equipo sensación de Europa, que el próximo miércoles 12 de agosto enfrentará a París Saint-Germain en los cuartos de final de la Champions League.
El Papu llegó en 2014 al conjunto de Bérgamo y, a sus 32 años, fue elegido el mejor mediocampista de la Serie A. "En lo que tiene que ver con clubes, en la mayoría dejé una huella. Y eso es único. Prefiero toda la vida eso antes que ser uno más en un club grande, haber ganado títulos y que nadie se acuerde de vos. Si me pongo a pensar, en Catania dejamos una huella. En Arsenal, también. Y en Atalanta, lo mismo. Prefiero eso a haber ido a un club importante y haber pasado desapercibido", opinó en una entrevista con Enganche. "Mi cuenta pendiente es la selección mayor. En los últimos cinco años, por mi nivel, debería haber jugado muchísimos partidos más que los que jugué. En los últimos cinco o seis años, Argentina cambió muchísimos técnicos y eso hizo que se me hiciera complicado. De todos esos, el único que vio algo en mí fue Sampaoli, junto con Scaloni. Y no le puedo echar la culpa a nadie por eso. Sólo que me hubiera encantado tener otras oportunidades", agregó.
Sobre Atalanta, expresó que "tiene sentido de pertenencia con la ciudad y te sentís parte de eso. Los tipos te lo hacen sentir. Antes de que yo llegara, se peleaba para salvarse del descenso y todos eran felices igual. Pero levantamos el nivel y ahora te piden copas europeas. Lograr eso no tiene precio. Apenas llegué estuvimos 14 partidos sin ganar. Jamás hubo un reproche. Gasperini dice que esto era una isla feliz, pero que a su vez eso te llevaba a relajarte y a que no te importe ganar o perder. Y lo cambiamos, los jugadores, el técnico y los dirigentes".
Desde la llegada de Gian Piero Gasperini, Atalanta finalizó cuarto en la Serie A en dos oportunidades, séptimo en 2018 y culminó la últimas dos temporadas en el tercer lugar. Además, en su primera participación en Champions League en su historia, se metió entre los ocho mejores y todavía sigue en carrera con el Papu como estandarte, quien destacó la labor del entrenador. "Aprendí un montón gracias al entrenador. Si hubiese tenido a Gasperini a los 24 o 25 años, hubiera crecido muchísimo más, hubiera tenido otras oportunidades y otro camino, pero lo tuve a los 28 y mi cuota de suerte llegó ahí. En el fútbol tenés que cruzarte con la gente correcta. Con el paso de los años te vas dando cuenta de muchas cosas. Pero cuidado, hay tipos que son realmente cracks y que ya se dan cuenta de todo a los 23 años. Paulo Dybala es uno de esos, por ejemplo. A su edad ya es el dueño de su equipo. Lo asimiló temprano", concluyó.