El entrenador argentino decidió no seguir en el seleccionado después de quedar fuera del Mundial de Qatar. Su sucesor será nombrado la próxima semana.
El “Arte de la Guerra” es el mejor libro de estrategia de todos los tiempos. Inspiró a Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y también a Gustavo Alfaro que decidió apelar sus páginas para despedirse de la Selección de Ecuador. Con una emotiva carta, el entrenador argentino comunicó que no seguirá al frente del conjunto sudamericano, elogió a sus dirigidos y deseó éxitos a quien lo suceda.
“Le deseo muchos éxitos al entrenador que me suceda, va a encontrar un grupo humano increíble. Con la filosofía de los guerreros estoicos que cuando marchaban a la guerra podían regresar de dos maneras: con el escudo, o debajo del escudo. Podían perder la lanza, pero jamás el escudo”, indicó el estratega.
Rememoró la actuación mundialista de Ecuador y dijo entender que “duró menos de lo que queríamos y merecíamos”. Por ello pidió a los jugadores que “no pierdan de vista que fueron la tercera selección más joven que disputó la Copa del Mundo”, luego de España y Ghana.
Y es que Alfaro se jugó, desde que llegó a Ecuador, por jugadores que apenas habían debutado en el fútbol profesional, a los que consolidó hasta llegar a Qatar, donde debutó con un triunfo 0-2 en el partido inaugural ante el equipo anfitrión, aunque no pudo pasar de la fase de Grupos.
La mayor parte de la carta de Alfaro está dirigida a los jugadores y en ella reseña su experiencia al frente de la Tri: “Es hablar de cosas lindas. Esas fueron las que vivimos a lo largo de estos más de dos años”, apuntó.
“A ellos (a los jugadores) les debo todo, fueron y son los verdaderos artífices. ¡Qué hermoso fue trabajar con ustedes!, como les dije en más de una oportunidad, sacaron mi mejor versión, hicieron que fuera un viaje de ida y vuelta. Cuando estaba con ustedes sentía que estaba en el mejor lugar que podía estar”, expresó.
Alfaro aseguró que después de 30 años como entrenador puede decir con absoluta certeza que disfrutó este proceso en plenitud, sin preocuparse por lo que depararía el mañana, y dijo esperar que ojalá esa llama que se encendió no se extinga, sino que se alimente y crezca.
Agradeció también a los directivos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) por haberle dado esta oportunidad junto a su cuerpo técnico “en tiempos institucionalmente complicados, de futuro incierto y de ilusión escasa”.
El estratega afirmó que una parte de su corazón se quedará en Ecuador con los jugadores y con la gente: “Con los de a pie”.
Alfaro asumió la dirección técnica de Ecuador en medio de una crisis en la Federación, con pocos jugadores que en ese momento eran reticentes a volver a la selección como consecuencia de la pugna interna del organismo
“En el fútbol, los procesos que uno siente que fueron buenos nos ayudan además a reafirmar las convicciones. Esas convicciones son las que nos preparan para soltar y dejar atrás, buscando un nuevo desafío. Siento que yo también me voy mejor de lo que llegué. Eso me impulsa a diseñar nuevos sueños”, finalizó.
La FEF, comandada por Francisco Egas, aspira a definir en los próximos días el nombre del nuevo seleccionador nacional, con miras a las próximas eliminatorias para el Mundial de 2026.