La última vez que el xeneize logró una victoria en el estadio Marcelo Bielsa fue por el Torneo Apertura 2011, gracias a un gol de Pablo Mouche. Después encadenó una derrota y tres empates, con una eliminación en la Copa Libertadores de por medio.
A la espera de los octavos de final de la Copa Libertadores, el plantel de Boca continúa trabajando en Ezeiza con la mente puesta en el partido del próximo domingo contra Newell's por la segunda fecha de la Copa de la Liga Profesional. Se jugará en Rosario, donde el xeneize hace nueve años que no puede sonreír: la última vez que obtuvo un triunfo fue bajo la conducción técnica de Julio César Falcioni y con Juan Román Riquelme a la cabeza.
Aquella noche del 21 de agosto, por el Torneo Apertura 2011, el delantero Pablo Mouche ingresó por Darío Cvitanich a los 24 minutos del segundo tiempo y a cuatro del final le dio la victoria al xeneize con un derechazo, tras una habilitación de Lucas Viatri. El partido correspondió a la tercera fecha y luego el equipo inició su camino al título de manera invicta, cerrando una campaña de 43 puntos, producto de 12 victorias y siete empates. El segundo fue Racing, pero a 12 puntos de distancia.
Boca formó con: Agustín Orion; Facundo Roncaglia, Rolando Schiavi, Juan Inzaurralde, Clemente Rodríguez; Leandro Somoza, Walter Erviti (Juan Sánchez Miño), Juan Román Riquelme, Cristian Chávez (Cristian Erbes), Cvitanich (Mouche) y Viatri.
Desde entonces, el club de la Ribera lo enfrentó en Rosario en otras tres oportunidades por el torneo local y nunca pudo doblegarlo: 0-4 en el Torneo Final 2013, 0-0 en el Torneo Final 2014 y 1-1 en la Superliga 2018/19. Para colmo, ambos equipos también se vieron las caras en los cuartos de final de la Copa Libertadores 2013 y la Lepra lo eliminó 10-9 por penales, tras los 0-0 en las llaves.
El 29 de mayo de 2013, Newell's y Boca se midieron en Rosario para disputar el pase a la semifinal de la Copa Libertadores, pero se vieron obligados a definir la historia por penales tras igualar sin goles en ambos partidos.
Aquella noche, el entonces equipo de Gerardo Martino venció 10-9 al de Carlos Bianchi en una infartante serie que tuvo 26 remates y que definió Maximiliano Rodríguez, con el incentivo de Nahuel Guzmán, ante Agustín Orion en el estadio Coloso Marcelo Bielsa.
“Era tanto el sufrimiento que había de los dos lados que no se terminaba más. Nunca me pasó algo igual. Me acuerdo que me tocó definir a mí y cuando voy caminando y llego a la medialuna del área grande, el Patón me abraza y se me pone a contar un chiste cortito al oído. Él está loco, es demasiado especial”, confesó Maxi en diálogo con Líbero.