Lucas Pusineri cuenta con todos los jugadores y afrontará una nueva prueba el próximo sábado contra el Taladro. Le servirá para delinear un once titular de cara a la reanudación del certamen de la Conmebol.
Con el plantel completo y retirado del mercado de pases, Independiente comenzó una nueva semana de trabajos en el predio de Villa Domínico con dos objetivos en mente: el amistoso del próximo sábado contra Banfield -resta confirmar el horario- y el sorteo de la Copa Sudamericana 2020, que se llevará a cabo el 23 de octubre.
Las primeras pruebas que disputó el Rojo le fueron esquivas desde lo futbolistico y no demostraron convencimiento desde lo colectivo, incluso no se vio un once sostenido en el tiempo. Pero a Lucas Pusineri le sirvieron para sacar conclusiones a nivel individual, como fueron los casos de Pablo Hernández, quien se perfila para ser titular después de una dura lesión, y Federico Martínez, uno de los refuerzos que se mostró bien desde lo físico.
Si bien está en plena pretemporada, la principal falencia del equipo es la generación de juego. Lo que sí quedó confirmado es que el esquema 4-2-3-1 es inamovible para el técnico, quien por momentos puede pasar al 4-4-2.
Esto quiere decir que el conjunto de Avellaneda se presentará la próxima temporada con dos volantes fijos, uno de contención que es Lucas Romero y otro de juego que puede ser entre el Tucu Hernández y Lucas González. Si no lo hace Andrés Roa o Domingo Blanco detrás de Silvio Romero, el 9, puede aparecer Martínez.
Tanto los dirigentes de Independiente como Jorge Burruchaga y Pusineri tienen en claro que apuestan a salvar el año con la Sudamericana y esperan un rival accesible, ya que por ahora la institución no está clasificada a ninguna Copa de cara al año que viene, un tema que preocupa y mucho por Avellaneda.