En las últimas horas el lateral dio señales positivas y en el Consejo de Riquelme confían en que se pondrá la azul y oro. ¿Qué cambió a favor?
El lateral está de vacaciones pero se entrena a full.
Mauricio Isla sigue en Altea, España, una pintoresca localidad situada en la costa mediterránea, en la provincia de Alicante. Allí disfruta del mar con los suyos, se entrena solo en el complejo deportivo donde el Leganés jugó la última parte de la liga española y está a punto de tomar una decisión sobre su futuro. Y en ese sentido, en las últimas horas, y a pesar de la resistencia familiar, el chileno dio señales internas positivas para seguir su carrera en Sudamérica. Y en Boca, claro.
Primero, Isla pidió algo de tiempo para pasar las vacaciones en familia y luego responder. Boca se lo dio: allí, en Altea, nació su pareja, la modelo Gala Caldirola, quien tracciona para que el lateral se quede jugando en ese país, ya que ella también tiene allí más posibilidades laborales.
En el medio, lo llamó el Ingeniero Manuel Pellegrini, quien quiere contar con su compatriota en el Betis. Luego, apareció un sondeo del Leeds de Marcelo Bielsa, a quien Isla considera "el mejor DT" que tuvo en su carrera y el que le definió el puesto: "Empecé a jugar de cuatro por él". Pero en todos los casos, la única oferta formal que recibió fue la de Riquelme y su Consejo.
Esa situación, más la insistencia de Román en contar con él (es el que lo llamó siempre), empezaron a tener su peso en las últimas horas. Sobre todo, porque la liga española terminó y las chances que tenía Isla de seguir su carrera en España no se terminan de formalizar. El Betis está buscando variantes en su puesto (irían a la carga por un portugués), lo de Valencia se fue diluyendo y el Mallorca tampoco apareció: además, descendió a la Segunda, lo cual terminó de restarle toda posibilidad.
Por todo, si bien Isla estaba especulando con cierta lógica que surgiera alguna de esas ofertas para comparar y elegir, la demora se está haciendo demasiada larga, más allá de que se esté entrenando duro con un preparador físico español. Y así, más allá del deseo de su mujer de seguir en Europa, hoy está evaluando seriamente la chance de pegar la vuelta.
Sabe que si llega a Boca, estaría en buenas condiciones por el parate que hay en el fútbol argentino y la posibilidad de jugar por objetivos trascendentes, como la Libertadores, lo motiva. De hecho, es una Copa que nunca vivió y una experiencia que quiere tener. Como la de jugar en Sudamérica. Carga con esa rareza: a pesar de nacer en Chile, no disputó ni un minuto en la Primera de su país.