Una de las características del ciclo Gallardo en cada receso tiene que ver con el anuncio anticipado y la mayoría de las veces erróneo del desarme del equipo por problemas económicos o desafíos deportivos.
Esta teoría, muchas veces avalada desde diferentes sectores del club y alimentada por la necesidad del caos, aparece también en este contexto y mucho más profundizado por la economía en tiempos de pandemia. Pero una vez más nos vemos obligados a preguntarnos ¿Realmente River es tal caos o nos volvemos a tentar con teorías de lo que no será?
Quienes conocen la economía del club reafirman que si se tiene que tomar como parámetro un número que equilibre las finanzas, se piensa en alrededor de veinte millones de dólares hacia fin de año. En términos futboleros no es una cifra que asuste y tampoco permite imaginar una inminente cesación de pagos o el apocalipsis financiero. Pero hoy no pasa por el mismo problema ni por asomo.
La cifra que deberá alcanzar no es imposible ni tampoco promueve el desarme del equipo, por lo que muy probablemente otra vez aquel anticipo puede quedar desvanecido en los próximos meses.