Tras la llegada de Bruno Valdez, libre de América de México, el Xeneize no se conforma y va por otro defensor para fortalecer el fondo.
Hugo Ibarra deberá hacer malabares para emparchar la defensa de Boca con vistas a la Supercopa Internacional ante Racing en Abu Dhabi. Se viene otro partido que vale un título y el Negro tiene pocas opciones en la zaga: jugará Facundo Roncaglia y lo acompañará Agustín Sández, habitual marcador de punta. En medio de este panorama, el Consejo de Fútbol cerró la llegada de Bruno Valdez, libre de América de México, pero no se conforma y va por otro más.
El central paraguayo de 30 años, que supo hacer historia en Las Águilas, se convirtió en el primer refuerzo del 2023 para el Xeneize, que tiene en carpeta a varios caudillos y sigue negociando con algunos. Como con Sergio Barreto, pilar de Independiente, a quien solo dejarían marchar de Avellaneda por una cifra cercana a los 3.5 y 4 millones de dólares.
En La Ribera, sin embargo, no están dispuestos a pagar este dinero y en las últimas horas se comunicaron con la dirigencia de Fabián Doman para ofrecer 1.900.000 dólares e incluir la deuda que aún se mantiene por Pablo Pérez (la propuesta llegaría a 2.4 millones) por la mitad del pase del Checho. Más allá del interés azul y oro, la negociación no avanzó y, asimismo, Juan Román Riquelme y compañía ahora apuntan a un marcador zurdo tras el arribo de Valdez.
En las últimas horas sobrevoló el rumor de que Alexander Callens, uno de los estandartes de la selección de Perú y actualmente sin equipo tras su salida de New York City de la MLS, pueda defender los colores de Boca en esta temporada, pero en Brandsen 805 el hermetismo es total y no hay detalles sobre si interesa o solo fue un ofrecimiento de su representante.
El que sí viene llamando la atención desde hace un largo tiempo es Lucas Merolla, capitán de Huracán, zurdo y con gran poderío aéreo, aunque su salida de Parque Patricios no es nada sencilla. Lo llamó Riquelme y, según lo que se comenta en el predio de Ezeiza, el defensor tiene ganas de jugar en La Bombonera, pero no hubo una oferta formal y la situación quedó estancada.