El entrenador se aferraba a los logros de las últimas dos temporadas para dilatar su ciclo en Boca, pero los malos resultados le pusieron fin a esta segunda etapa.
Miguel Angel Russo estaba en la cuerda floja y, finalmente, su segunda etapa en Boca está terminada. Su equipo no respondía en cancha, el Xeneize marcha penúltimo en la Liga Profesional y el domingo alcanzó el histórico récord negativo de diez encuentros sin victorias.
Russo se aferraba a los logros de las últimas dos temporadas de Boca y no quería renunciar, pero el Consejo de Fútbol tomó la decisión de dar por terminado el ciclo. Este martes, en el entrenamiento del Xeneize, se terminará de resolver su desvinculación: tenía contrato hasta diciembre.
Ni dos semanas pasaron de la última alegría del Xeneize en la Copa Argentina. Fue la eliminación por penales a River, al que ya lo había derrotado en mayo por los cuartos de final de la Copa Liga Profesional, también desde los doce pasos. Dos mano a mano contra el Millonario y dos triunfos valiosos para Russo, que desde que volvió al club aún no perdió ante su eterno rival. Sin embargo, tampoco le pudo ganar en los 90 minutos…
Esos Superclásicos representaban dos patas de la silla en la que todavía se sostenía Russo. Las otras dos que todavía aguantaban el peso de sus decisiones actuales eran los títulos domésticos que conquistó: la Superliga 2019/2020 que le arrebató a La Banda en la fecha final y la Copa Diego Armando Maradona.
Que un entrenador le haya cortado la seguidilla al conjunto de Marcelo Gallardo y, además, haya bordado dos nuevas estrellas al escudo en el último año y medio era algo que se valoraba en Boca. No obstante, el panorama desalentador del equipo por estos días obligó a mirar hacia adelante y dejar de abrazarse a las conquistas pasadas. Ya no había margen para Russo. Ni las eliminaciones a River, ni los títulos locales.
Los motivos por los que se terminó el ciclo de Russo en Boca
Boca tuvo un pésimo arranque de semestre: cayó eliminado en los octavos de final de la Copa Libertadores (a manos de Atlético Mineiro y con escándalo por el VAR) y arrastra diez partidos sin poder ganar, igualando la racha de 1957, la máxima de la historia sin triunfos. La alegría por eliminar a River en la Copa Argentina duró poco: el Xeneize está penúltimo en la Liga Profesional, con 4 unidades, una por encima de Rosario Central y Vélez.
Encima, no hace goles: llegó a la marca de 599 minutos sin convertir tantos, que se cortó con el gol en contra de Miguel Torrén -por un tiro libre de Edwin Cardona- en el empate por 1-1 contra Argentinos en la Bombonera. El último tanto que anotó un futbolista de Boca fue Agustín Obando, contra Unión en la primera fecha, hace 711 minutos de juego, casi 12 horas.
Para este martes estaba prevista una reunión entre Juan Román Riquelme y Miguel Ángel Russo para discutir su continuidad al frente del equipo. Sin embargo, la decisión ya está tomada y el entrenador, más allá de que él quería, no continuará en Boca.