El martes pasado hubo una pelea en la pileta de Boca. Desde un principio, la dirigencia afirmó que se trataba de una discusión común entre socios. Sin embargo, se trató de una pelea entre dos facciones de la barra, enfrentadas con más fuerza después de las elecciones en el club. Es por ese motivo que el juzgado de 1° Instancia en lo Penal, Contravencional y Faltas N° 2, a cargo de Luisa Maria Escrich, decidió allanar La Bombonera con el objetivo de peritar las cámaras de seguridad y otros respaldos digitales con el fin de saber realmente qué ocurrió. denaron peritar las cámaras de seguridad y otros respaldos digitales para saber qué ocurrió el martes.
El Fiscal General de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, aseguró: "Para terminar con la violencia en el fútbol necesitamos ir a fondo con las investigaciones". Mientras tanto, la fiscal puso en duda la versión oficial del Xeneize: "Si acudieron 14 móviles de la policía al club, entonces los disturbios habían sido más graves que los que constan en los documentos que nos llegaron".
La pelea de la pileta tuvo grupo de La Boca y el de Caseros como protagonistas. Según testigos, en el enfrentamiento habrían volado botellas y hasta habrían exhibido un cuchillo. Pero ese fue solo un nuevo capítulo de una serie de incidentes que se profundizaron después de la llegada de Jorge Amor Ameal a la presidencia. Los motivos: disputa de poder. Es que Mauro Martín y Rafael Di Zeo jugaron para el oficialismo y su candidato Christian Gribaudo, mientras que Fido Debaux y Maximiliano Mazzaro, dos viejos referentes, lo hicieron para Ameal, el ganador, y ahora reclaman "su parte" de la torta.
Al tanto de esta situación, la barra "oficial" comenzó a moverse desde fin de año para garantizar su lugar. En los últimos días de diciembre copó los quinchos para celebrar el Fin de Año. Y con el reinicio de la Superliga, ante Independiente, desplegó hombres en todos los sectores del estadio. Cuando a los líderes les llegó la información de que Mazzaro estaba en la tribuna Sur, decidieron ir a buscarlo, situación que no se concretó gracias a la intervención de la Policía.
Otro capítulo de la violenta interna se vivió después del partido frente a Talleres. Fue en la facción de Lomas de Zamora, liderada por Marcelo Aravena, quien se encuentra preso por la causa de La Salada. En principio, Aravena había delegado el mando en Walter Coronel, quien está procesado por doble homicidio en un amistoso contra San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, en 2013. Pero hubo disidencias y ese lugar fue finalmente ocupado por un barra apodado El Negro Pelé, quien fue apuñalado luego de una discusión en Córdoba, situación que no quedó registrada porque sus propios compañeros decidieron llevarlo a un lugar privado.
El panorama no es alentador en Boca. La disputa de poder se reavivó tras las elecciones, y los que apoyaron a una u otra fórmula en las elecciones quieren incrementar su peso en el club. Las alarmas están encendidas, sobre todo si se tiene en cuenta que el sábado, ante Atlético Tucumán, el encuentro terminará cerca de la medianoche.