La auxiliar de vuelo, que fue una de las sobrevivientes del accidente aéreo de Chapecoense, dialogó con El Tribuno sobre el trágico suceso y de su vida.
Uno de los acontecimientos más tristes del deporte mundial se dio el 28 de noviembre del 2016, cuando el vuelo 2933 de LaMia que transportaba al plantel de Chapecoense de Brasil a Colombia para disputar la final de la Copa Sudamericana frente a Atlético Nacional de Medellín se estrelló en Colombia
En total viajaban 68 pasajeros y 9 miembros de la tripulación. Solo seis personas sobrevivieron al trágico accidente en las afueras de Medellín. Los futbolistas sobrevivientes fueron Alan Ruschel, el arquero Jakson Follmann y Neto. Rafael Henzel de Radio Oeste, y dos miembros de la tripulación de vuelo: Ximena Suárez, auxiliar de vuelo y Erwin Tumiri, técnico de vuelo.
A más de tres años del accidente, El Tribuno pudo contactarse con una de los sobrevivientes, la auxiliar de vuelo Ximena Suárez, quien relató lo que pasó aquel día.
“Recuerdo todo, todos los días, fue un vuelo muy tranquilo. Los jugadores hicieron como una fiesta, bailaban, cantaban, la verdad que el espíritu de ganador lo tenían, bueno ese era su sueño, estaban muy felices, todos, hasta nosotros de llevar a un equipo tan alegre como lo era Chapecoense”, sostuvo Suárez, quien dio detalles del momento antes del accidente.
“Veinte minutos antes del accidente, el capitán Miguel Quiroga dio la orden de que aseguremos la cabina, que chequeamos todo, lo hicimos junto a Romel Vacaflores, jefe de tripulantes, nos sentamos, empezamos a dar vueltas. Uno de los pasajeros me preguntó que era lo que pasaba porque tardábamos tanto, lo llamé al capitán que estaba yendo al aeródromo. Ni bien colgué fue el impacto, no nos avisaron nada. Algo está pasando, pensé y luego se apagó toda la luz y en cuestión de minutos comenzó a vibrar (el avión) y pasó directamente el impacto. Sentí como una hojalata doblándose, sentí el golpe y ya desperté boca abajo en una pendiente”, contó la ciudadana boliviana.
Tras el impacto, Ximena estuvo todo el tiempo conciente y varios días internada en una clínica de Medellín, donde se recuperó de una fractura en un dedo de la mano derecha, un esguince en el tobillo derecho, se le hizo un lavado quirúrgico de todas las lesiones que tenía en la piel y tejidos blandos. La recuperación psicológica también fue clave para que la vida de Ximena volviera a su rutina y eso la inspiró a publicar un libro.
“Meses de terapia, de medicaciones que tuve para tratar lo que me pasó, volví a retomar los cursos de tripulante, ya hice vuelos de entrenamientos. Viajé mucho a conferencias a Brasil, Colombia, en Bolivia, varios lugares. Fui incluso hasta Tailandia. A parte que sigo con la venta de mi libro. Saqué un libro que se llama ‘Volver a los Cielos’, habla sobre mi vida, relato todo lo que sucedió en el vuelo, de comienzo a fin, siempre estuve conciente. Hay cosas que son fuertes, después de eso, viene la recuperación. Más adelante sacaré un libro de superación personal”, aseguró.
Ximena volvió a nacer ese 28 de noviembre de 2016, un verdadero milagro. Madre de dos niños y con ganas de seguir haciendo lo que más le gusta, volar, el destino hizo que hoy pueda seguir disfrutando de la vida.
“Ximena Suárez vuelve a volar y soñar. Amaszonas felicita a Ximena Suárez Otterburg por encontrarse en etapa de capacitación, entrenamiento y certificación para tripulante de cabina en nuestros aviones. Ximena cumple su sueño de retornar a volar, porque cuando Amamos lo que Hacemos, el amor se impone a la adversidad”, escribió la aerolínea en sus redes sociales.
La vida de Ximena continuará y como siempre ella lo remarca, vivirá por siempre en su memoria la gente que compartió aquel fatídico vuelo.