El festival vivió su quinta noche a todo ritmo. Damián Córdoba fue el artista que cerró la velada.
La quinta jornada de argentinidad del Festival de Doma y Folclore de Jesús María se vio teñida por una mistura de luto y alegría, sentimientos representados en las figuras principales, Sergio Galleguillo y Damián Córdoba. La velada de color, en la que no participó la doma, contó con repetidos homenajes y menciones al jinete fallecido este martes.
Galleguillo recordó sentidamente a su hermana Sofía, fallecida el año pasado, y cantó para ella, para los caídos en Malvinas y para Cossutta, el jinete fallecido. Damián Córdoba cerró a puro ritmo en una noche que estuvo entre la fiesta y la solemnidad.
La jornada comenzó con un responso a cargo del Padre Juan Gabriel Cayo en honor al Norberto Cossutta, fallecido en la madrugada del martes. El padre habló con Cadena 3 y dijo que deseaba “acompañar a las familias con oraciones en un momento bastante doloroso”.
Por motivo del deceso, no hubo espectáculo de doma ni jineteada y se permitió que la gente ingrese al campo. Debido a esto, para la 1,30 habían ingresado apenas 9.500 personas.
Luego del emotivo homenaje, Los Ammán inauguraron esta velada diferente de festival. El grupo porteño abrió con “Chacarera del Olvidado” y mezcló folclore con toques de rock nacional con “Tu Cárcel” y “Qué será”.
Siguió el correntino Diego Gutiérrez, ganador de Talento Argentino en 2011, quien hizo sentir la música del litoral con “Soy el Chamamé” y “Los Alonsitos”.
El artista sorprendió a su público con un despliegue de destreza musical: tocó “La Calandria” con la mano derecha y “Kilómetro 11” con la izquierda.
Hacia las 21, todas las delegaciones entraron al anfiteatro José Hernández y formaron un semicírculo de espaldas al escenario. Al toque del clarín, Natalia Belvardi leyó un sentido poema, seguido de un minuto de silencio en honor a Norberto Cossutta.
“Ayer, en una rodada, uno de estos artistas de la tradición se ha convertido en estrella. Capaz que para pedirle la revancha al viejo zorro”, dijo Diego Ramallo en un emotivo discurso.
Luego del segundo responso de la jornada, subieron al Martín Fierro Los Campedrinos apenas unos minutos después de las 21. El dúo oriundo de Campana y de San Pedro fue la expresión del canto joven de música popular folclórica.
Hicieron bailar al público con “Festivalero” y “Así se baila el chamamé”.
El grupo salteño Guitarreros recibió luego el escenario al ritmo de “Soy guitarrero”,” Soy salteño”, “Bailando saya” y el público se animó a realizar un coro en ensamble al son de “Cariñito”.
Cerraron su número con algunos clásicos del folclore como “Zamba para olvidarte”, “Valderrama” y “Copla”.
El líder del grupo, Sebastián, enfatizó en la entrevista que “entre la gente que nos gusta el folclore, una guitarreada no es una falta de respeto. Este es un humilde homenaje a la familia”.
El Martín Fierro se colmó luego de danza de la mano del grupo Arte en Movimiento, que debió preparar escenografía extra para esta noche particular del festival.
Siguieron Los Umbides, que iniciaron con un show de tambores que iban “in crescendo” con el carisma y la energía que los caracteriza.
Esta familia de santiagueños, reconocidos por sus espectáculos en el exterior, volvieron a sus raíces con un show que incluyó violines y guitarra eléctrica.
La noche se llenó más tarde de avispadas rimas con los payadores Nicolás Membrini y Emmanuel Gabotto, que ofrecen además el taller “Payadores del futuro” para despertar en los niños el canto ancestral. Los Sacheros trajeron la chaya con la voz de Walter Frías. Tocaron “Estrellita de mi Madre”, “Por qué será”, “Entre a mi pago sin golpear”, “Virgencita del valle” y “Te Vas”.
“La verdad salimos felices. La gente ha prometido su presencia hoy y ha viajado para estar como hace ya muchos años” .
El grupo, compuesto por los hermanos Walter, Diego y Fabián Frías, declaró a Cadena 3 que aún están “resolviendo un temita” respecto al nombre.
“Pero creemos que cuando la gente escucha los hermanos Frías sabe que se vienen las canciones de siempre”, aseguraron.
Finalmente Sergio Galleguillo, figura de la noche, subió al Martín Fierro con “Tilcara en carnaval” y una bandera de Santiago del Estero, de donde es oriundo, que mostró y agitó repetidas veces desde el escenario.
El artista encantó al público con su embrujo chayero y el mismo respondió dándole banderas, pañuelos, ponchos y diversos objetos que el cantante aceptó agradecidamente durante todo su número.
Incluso cantó con un ramillete de albahaca que le dio una fan en honor a su canción “La noche y la albahaca”.
Cantó además “Ven a mí” y “Qué linda que es La Rioja”.
nvuelto en regalos de sus fans, compartió una divertida anécdota que tuvo con el “Chaqueño” Palavecino.
“Comimos un asado el lunes y grabamos una zamba. Sé que ya llegó a Jesús María pero no vino esta noche. Voy a tener que tirarle las orejas por no venir a cantarla conmigo”, dijo entre risas.
Galleguillo recordó con sentido pésame a su hermana Sofía, fallecida el año pasado por cáncer de mama. Invitó al escenario al “Duende” Garnica y junto cantaron “Bajo el cielo de la cuadra” lleno de emoción por la memoria de su hermana.
Galleguillo entonó además junto al “Duende” la “Chacarera del Olvidado” sacudiendo banderas argentinas en honor a los caídos en Malvinas.
“Vaya en este escenario sagrado, delegado de nuestros mayores, el reconocimiento a nuestros originarios campesinos, a los despedidos, a los sin trabajo, a los pibes de los barrios que aguantan y aguantan, vaya esta copla en honor a este jinete que se fue al cielo emponchado de tradición, por un país de pie, con dignidad y por los pibes de Malvinas”, exclamó el “Duende” con sentida emoción.
Invitó además al conjunto de bombos Chayeros a subir al escenario, que minutos más tarde fue ocupado por Jorge Rojas.
La quinta noche de argentinidad fue cerrada por Damián Córdoba.
Al son de clásicos como “Qué tal”, “Te mentiría” y “Cinco minutos” el artista bajó del escenario y se fundió con el público repetidas veces. Cantó “Vete con él” montado “a cococho” y perseguido por la multitud en el predio José Hernández.
Con su festiva personalidad, mostró toda su destreza “cuartetera” bailando durante varios segundos con un vaso de fernet en la cabeza sin perder el equilibrio.
El catamarqueño cerró su número con alegría y ritmo en una noche en la que los sentimientos estuvieron a flor de piel.