Quien acompañó al 10 en su rehabilitación en Cuba apuntó contra las personas que estaban destinadas a cuidarlo o a "manejarlo" en Buenos Aires, según definió él.
Mariano Israelit, un viejo amigo de la infancia de Diego Armando Maradona, que tiempo después formó parte de lo que él llama "el entorno bueno" junto a Guillermo Coppola y Omar Suárez, entre otros, y que vivió a su lado durante cuatro años en Cuba, reveló una fuerte frase que el 10 le dijo la última vez que se vieron personalmente y que compromete al "entorno" en relación a los cuidados de su salud.
"Hablé con él por última vez antes de la pandemia que fuimos con el doctor Castro a charlar y comer un asado. Me acuerdo de unas palabras textuales y literales. Nos estábamos yendo de la casa, a eso de las 11 de la noche, nos agarra a los dos tipo despedida y dijo: ´No me dejen solo, no me abandonen´. Cuando me dijo eso, me subí al auto y me corrió un escalofrío por la espalda", declaró Israelit, quien pudo estar en el velatorio, en diálogo con América TV.
Y agregó: "Como que estaba solo, que necesitaba compañía y amor. Entiendo que el amor que le daba Rocío (Oliva) era espectacular porque él estaba súper enamorado de ella, se le caía la baba, era un nene. A mí me ponía contento verlo feliz con ella. Jamás opiné ni me metí en sus relaciones porque no me correspondía".
En cuanto a los detalles de la amistad que los unía, Mariano explicó: "Hablábamos de nuestras anécdotas. Yo entraba a su pieza y lo levantaba de la cama cagándonos de risa. Yo no iba a chuparle las medias, no era un obsecuente. Cuando veía algo que no me gustaba, contaba hasta cuatro y me iba. Era imposible tener un diálogo con él".
Y cuando le preguntaron si Pelusa necesitaba una atención médica como la que tuvo en Cuba, El Feo -así lo apodó Diego- explicó: "Yo creo que sí. Allá tienen todos los medios y La Pradera era su lugar, la verdad. Era algo hermoso estar ahí. Estaba cuidado por los médicos, era un centro de rehabilitación que tenía cinco casas y nosotros ocupábamos dos. Una para Guillermo (Coppola) y en la otra Diego estaba en el primer piso y yo en la planta baja".
"Yo me imaginaba a Diego como Chitoro (su papá) a esa edad. Me imagine toda mi vida a Diego con la panza del padre, feliz, sonriendo, acompañado por sus hijos, amigos y familia. Yo me sorprendí, me quedé helado", sentenció.
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El amigo del 10 sacó a la luz un dato muy importante sobre la convivencia de Diego con la gente que estaba destinada a cuidarlo o a "manejarlo", según definió él. Y el apuntado es un tal "Charly", el marido de una prima de Rocío Oliva, quien habría interferido en la relación de Diego con Dalma y Gianinna.
"Yo llamaba y me atendía un chico Charly, que era el marido de una prima de Rocío (Oliva). 'Hola, quién habla', me decía. Ya me conocía la voz, porque yo hablaba mucho con Diego. Yo decía 'Hola, hola, hola...'. Cuando me conocía la voz o me bloqueaba o directamente me decía que Diego se acostó o que fue al baño...", comenzó Mariano en diálogo con AM 910.
Y siguió: "Pero si ellas venían a las 7 de la tarde, a las 6 y cuarto aparecía este Charly y le decía: 'Diego, ¿una cervecita?'. No la pedía Diego, se la traían. A los 10 minutos, venían y le apoyaban otra cerveza. Yo le decía: 'Charly, van a venir las hijas'. Y me decía que no pasaba nada... A la tercera cerveza, Diego empezaba a balbucear y decía: '¿Y ahora qué hago que vienen las chicas?'. Y Charly la remataba diciendo: 'Bueno, ¿abrimos un vino?'".
"El flaco manejaba la situación, el celular, las cervezas...Cuando ya era imposible seguir hablando, Charly me pedía que lo acompañe para acostarlo. Y bueno, a las 7, cuando llegaban las chicas, Diego ya estaba con el celular apagado y durmiendo", sentenció.